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Líderes en pandemia

Boris Johnson, el primer ministro inglés, es el primer mandatario del mundo en contraer Coronavirus.

28 de marzo de 2020 Por: Muni Jensen

Boris Johnson, el primer ministro inglés, es el primer mandatario del mundo en contraer Coronavirus. En su país se duplican los casos cada tres días. Donald Trump promete que Estados Unidos, el país con más contagios del mundo, estará ‘abierto’ nuevamente el día Domingo de Resurrección. Su propio equipo lo trata de silenciar. Jair Bolsonaro arma una campaña nacional para que la gente regrese al trabajo, argumentando que a los brasileños nunca les da nada. Los gobernadores protestan. López Obrador empuja a los mexicanos a vivir la vida como si nada. La gente se encierra en sus casas.

Xi Jinping, acusado durante los últimos meses de encubrimiento y censura, parece haber capoteado lo peor del horrible aguacero en su país. En la reunión virtual del G20 lo coronaron como el nuevo líder mundial, en reemplazo del desfasado Donald Trump. China es ahora el mayor proveedor de equipos médicos y necesidades básicas al mundo, y el que pide coordinación macroeconómica entre los grandes países.
Angela Merkel, aislada después de que su médico salió positivo, pronunció su primer discurso de emergencia nacional en sus 14 años de mandato. Iván Duque y Martín Vizcarra cerraron fronteras e impusieron restricciones y rápidamente armaron equipos de trabajo dentro de sus gobiernos para hacer más eficiente la gestión de salud. Son muestra de sensatez en el manejo delicado entre el peligro de contagio y las consecuencias del aislamiento, frente al hambre y la pobreza. Mayor mérito cuando operan en un vecindario donde la democracia no existe o no es suficientemente sólida.

Más que nunca antes, el carácter y liderazgo de los mandatarios mundiales está en vitrina. Sus aciertos y desaciertos aparecen a diario en primeras planas y redes sociales en tiempo real, descubriendo flaquezas, inconsistencias, y dudosas intenciones. Las maniobras políticas y las triquiñuelas electorales se descubren al minuto. Con más de medio mundo en casa leyendo y viendo noticias, no hay cómo esconderse. Los titubeos se magnifican, y la descoordinación brilla. Un público incrédulo y asustado es el más agudo filtro.

Se descubren en este momento los verdaderos estadistas como Merkel, con unas palabras que le devolvieron el timón de su país y de Europa cuando ya iba de salida. Giuseppe Conte en Italia, a punto de caer hace pocas semanas, fue el primero en cerrar el país y hoy goza del apoyo y solidaridad de sus ciudadanos. El mismo Boris Johnson dio la vuelta y cambió su postura relajada tras ser criticado de indeciso. Macron en Francia duplicó sus niveles de aprobación al declarar que su país está en guerra. Narendra Modi cerró la India e intenta evitar la suerte de China y Europa.

En medio de la crisis sobresalen también los líderes modernos y eclécticos como el salvadoreño Bukele que con la gorra al revés responde por Facebook las preguntas de su gente, los alcaldes y gobernadores enérgicos y decididos como Mario Cuomo en Nueva York y Claudia López en Bogotá, que a deshoras despiertan ilusiones presidenciales.

En los líderes de la crisis hay elementos en común: el sentido común, la compasión, la claridad en la comunicación, la sobriedad y la ausencia de pánico. La capacidad de explicar con claridad y detalle la situación y las medidas a seguir. Incluyen en el manejo de crisis la necesidad de involucrar a toda la sociedad en la solución, y la capacidad de explicar que la situación es cambiante y las medidas también lo serán. De esta forma, y con distintos estilos, estos líderes tradicionales y emergentes pueden no solo salvar vidas sino sostener en lo posible la economía de sus países y el orden durante los peores días. Son los encargados también de compartir las buenas noticias, las luces de esperanza, los pequeños progresos. Ojalá contagien de sus buenas prácticas a los irresponsables que defienden solo sus puestos y sus propios intereses.

Sigue en Twitter @Muni_Jensen