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Consuelo de tontos

Fraude, influencia, mentira, noticias falsas, trolls, trampa, polarización, corrupción y conspiración: el odioso lenguaje típico en vísperas de elecciones, junto con ‘outsiders’, ‘insiders’ y ‘fake news’, anglicismos adoptados.

25 de mayo de 2018 Por: Muni Jensen

Fraude, influencia, mentira, noticias falsas, trolls, trampa, polarización, corrupción y conspiración: el odioso lenguaje típico en vísperas de elecciones, junto con ‘outsiders’, ‘insiders’ y ‘fake news’, anglicismos adoptados. Colombia no es la excepción en un mundo en el que los procesos electorales cada vez se parecen más entre sí, especialmente en el nivel de escepticismo, rabia y desconfianza de los votantes. En vísperas del voto, vale la pena dar un paso atrás y observar por unos minutos el bosque (o mejor dicho la selva) electoral que se vive fuera de nuestras fronteras.

En Cuba, país de un solo partido, el mes pasado se llevó a cabo una transmisión de mando anunciada desde hace años, en la cual por primera vez desde 1959 hubo un ‘elegido’ sin apellido Castro. En este fraude disfrazado de elección, se coronó a Miguel Díaz Canel, revolucionario del partido desde su juventud. Esta supuesta renovación tiene de especial que el nuevo presidente no es militar, y que nació después de la revolución cubana. Pero Raúl Castro se mantiene muy vigente como diputado de la Asamblea Nacional. Todo muy cosmético, pues en Cuba las elecciones nunca representan un cambio.

Ni hablemos de Venezuela, donde Nicolás Maduro se posesionó esta semana tras protagonizar una jornada hechiza de votación donde fue reelegido con menos de 6 millones de votos y sin rivales reales, en un país donde el diccionario de esa jornada incluye las palabras fraude, boicot, hambre, crimen, colapso y éxodo.

México prepara su elección para el primero de julio, entre sospechas de compra de votos e intervención rusa. En las últimas semanas las encuestas dan por ganador al socialista Andrés Manuel López Obrador, AMLO, que el mundo conoció en 2006 cuando desconociendo el triunfo de Felipe Calderón, llevó a cabo durante semanas enteras un acto multitudinario en la plaza del Zócalo, donde denunció un fraude, se proclamó ‘presidente legítimo’ y nombró un gabinete paralelo. Hoy avanza en las encuestas con una exitosa campaña de ‘outsider’. Veremos si le gusta el resultado.

En Italia, cuna de la Unión Europea, se consumó en mayo después de dos meses sin gobierno, un extraño matrimonio populista entre los líderes de los partidos más extremistas. Cinco Estrellas y la Liga se juntaron para nombrar como primer ministro a Giuseppe Conte, un desconocido con la plataforma anti euro, anti inmigrante que se ha extendido ya en Austria, Hungría y el Reino Unido. Pero antes, el propio Conte enfrenta las acusaciones de falsificación de su propio currículum, donde aparecen posgrados falsos en la Universidad de Nueva York y estudios en la universidad de Cambridge.

En Turquía el presidente Tayyip Erdogan convocó para el mes entrante una elección anticipada, especialmente diseñada para inyectarle poder a su mandato y garantizar su permanencia al mando. En un país donde el gobierno se adueñó de los medios de comunicación, y hay arrestos masivos de periodistas, Erdogan, quien manda desde 2003, no tiene intención alguna de desocupar su silla, a pesar de los 350 observadores internacionales que vigilarán los comicios el próximo 24 de junio.

Colombia a pesar de sus críticos, celebrará elecciones según un calendario, con representantes de casi todo el espectro político, digna participación femenina en las fórmulas, tras meses de campañas, amplia cobertura en medios, encuestas a dos manos e innumerables encuentros televisados de los candidatos. No está todo perdido si en el diccionario electoral colombiano existen las palabras debate, encuesta, entrevista, protesta, urna, partido, primera y segunda vuelta, oposición y democracia, que parecen tan comunes y corrientes hasta que se comparan.

Sigue en Twitter @Muni_Jensen