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Modo avión

Gracias a la tecnología estamos más cerca, más unidos, más eficientes, pero si no aprendemos a manejarla ahora, avanza a tal velocidad, que, ¿hacia dónde nos llevará?

4 de febrero de 2019 Por: Miky Calero

Cuando estamos con la pareja, con la familia, con un amigo o un cliente, deberíamos siempre poner el celular en modo avión o sencillamente apagarlo, es muy incómodo cuando alguien nos está hablando y nuestra atención está en otro lugar o en el celular. Eso está creando una sociedad donde no nos miramos a los ojos y no nos escuchamos, muchas veces asentimos sin siquiera saber qué nos dijeron o nuestras respuestas son monosílabas. Triste porque nos estamos volviendo como una especie robótica donde las grandes tertulias y reflexiones se perdieron. Es frustrante cuando nos damos cuenta que después de expresarnos, nuestro oyente no entendió nada de lo que dijimos.

En mi profesión como fotógrafo me ha pasado que una modelo nueva entra al estudio mirando su celular, saluda, me mira un segundo, vuelve a su aparato, pero nunca se enteró si yo era mono, alto o calvo. Horas después me la encuentro en otro sitio y no tiene la menor idea de quién soy. Antes de los celulares la profesión era más agradable. Al comenzar a tomar fotos, nos pasábamos unos minutos charlando y mamando gallo, conociendo la gente.

Hay familias que ya tienen por costumbre no tener celulares cerca mientras comen.

El celular se nos está volviendo obsesión y nos llenamos de una cantidad de información que mucha es basura, nuestras cabezas se llenan de noticias falsas o que no aportan a una vida sosegada. A veces hay excelentes videos sobre cómo llevar una mejor vida, alimentación o hábitos, pero se nos olvida todo al segundo pues se pierde en ese mar de información. Muchas veces esta información interfiere con la calidad del sueño, ¡consumiendo nuestra energía vital!

Recuerdo que de niños siempre estábamos en constante modo creativo para inventarnos cosas con los amigos, terminábamos jugando afuera, en el jardín o en las calles. De adolescente con mis amigos de barrio los fines de semana nos íbamos al río Pance y caminábamos por todas sus riberas, pasábamos esos días con un par de latas de atún y algunos panes aliñados, dormíamos en el pasto y nuestras almohadas eran los zapatos, era otra vida, llena de aventuras vivenciales.

Ese tiempo de ‘aburrimiento’ creativo, es algo que los psicólogos hoy en día proponen a los padres fomentar en sus hijos. Muchos padres, en el afán de que sus hijos se desarrollen y sobresalgan, los atiborran de cursos, estudios y actividades extracurriculares que saturan su tiempo, y el poquito que les queda lo dedican al celular o la televisión. Ahora los muchachos no disfrutan del campo, de la naturaleza , prefieren comunicarse a través de los ‘chats’. Gracias a la tecnología estamos más cerca, más unidos, más eficientes, pero si no aprendemos a manejarla ahora, avanza a tal velocidad, que, ¿hacia dónde nos llevará? Yo prefiero modo avión, en lugar de modo autómata.