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Irreverente hasta la muerte

Ya en varias columnas he comentado sobre mi adolescencia hippie (lo sigo...

21 de marzo de 2015 Por: Miky Calero

Ya en varias columnas he comentado sobre mi adolescencia hippie (lo sigo siendo). Repito, crecí viendo la falsedad, la doble cara de una sociedad mojigata. Desde esa época hasta la actual (58 años) es sido y seguiré siendo irreverente, detesto la hipocresía.Por tener las mechas largas, un arete y ser fotógrafo, siempre he sido tildado de marihuanero, cosa que no desmiento ni confirmo, lo dejo al morbo de la gente. Es increíble que se descalifique a un ‘hierbatero’ mayormente por personas que de verdad no tienen como ‘tirar la primera piedra’. Muchos de los que se escandalizan y se ‘rasgan las vestiduras’ son a su vez de doble moral, borrachos, infieles y corruptos.Para mi la irreverencia no tiene nada que ver con el irrespeto y la intolerancia, principios fundamentales de una sociedad equilibrada. Tampoco con la marihuana ni las drogas. La irreverencia es, no comer callado, ser transparente defendiendo sus derechos sin pisotear los de los otros. Es no ser hipócrita y poner el bien común por encima de intereses mezquinos. Es poder dormir tranquilo por la noche, porque no se le debe nada a nadie. Es poder mirar a los ojos a todos incluyendo a sus detractores. Es bacano ser irreverente. Tiene algo de desobediencia civil. Entendiéndose con eso, no de saboteo y destrucción, sino de no ser parte del ‘Statu quo’ corrupto e ineficiente.Durante el proceso que se lleva a cabo con las Farc en Cuba se da uno cuenta de la doble moneda de la sociedad Colombiana. Los opositores, estoy seguro, no tienen la moral para juzgar y descalificar este empeño. Hay que recordar que Colombia está manchada de sangre desde sus comienzos, sangre que no solo han puesto los guerrilleros sino los paramilitares y los políticos corruptos que han desangrando el erario publico que debería ir para la salud, educación y el bienestar de los menos favorecidos. Los señores de Interbolsa o los magistrados corruptos también son responsables, los que aceptan contratos con gratificaciones y mermeladas también deberían ir a la cárcel, creo que media Colombia debería esta bajo las rejas. Tal vez yo estaría dentro de esa mitad porque también tengo mis pecados. Todos los tenemos, por lo cual nadie esta libre de culpa.Definitivamente esto nunca se va a arreglar mientras no haya ‘borrón y cuenta nueva’.Nunca será posible la paz sino estamos dispuestos a perdonar, es imposible. Hay que aprender a mirar para adelante, el pasado está lleno de errores, sólo en el futuro existe la posibilidad de no volverlos a cometer. Por una irreverencia y desobediencia civil de verdad, ¡Colombia en PAZ!