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¿Guerra civil en Cali?

Por otro lado mucha ‘gente de bien’, y lo digo así jocosamente para entender que son las personas de Oeste, han entrado a entender que es a través del diálogo y se han conformado muchas mesas de trabajo que están consiguiendo muy buenos resultados.

13 de septiembre de 2021 Por: Miky Calero

El fenómeno de lo que pasa en Cali no se puede comparar con ninguna otra ciudad del mundo, lo de aquí es bien complejo.

Somos una ciudad de más de dos millones de habitantes que en la mayoría provienen de otros sitios, desplazados por la violencia del narcotráfico, las bandas delincuenciales de la minería ilegal y el trafico de armas. Somos vecinos inmediatos de todo ese flagelo por nuestra cercanía a el Pacífico donde se concentra la gran mayoría de todo eso. Lo que nos hace diferentes y con poco sentido de arraigo y amor por ella.
Aquí tenemos personas de Nariño, Putumayo, Cauca, Choco, Ecuador, Venezuela para mencionar solo unos. El 70% o más viven en el lado oriente de la ciudad y muchas en condiciones de gran pobreza y hacinamiento. Es gente que no tiene nada que perder porque no tienen nada.

A raíz del paro se evidenció la rabia y el descontento y generó una alarma de la que no podemos hacer caso omiso, ni hacernos los de la vista gorda y el oído sordo.

Afortunadamente hay un trabajo consiente haciéndose desde la parte privada y pública encaminado al diálogo como la solución antes que la represión, cosa que no es fácil ya que tiene muchos contradictores que ven a la fuerza del Estado como la única solución. Con esto no quiero decir que no sea importante que si no se logran consensos razonables y posibles se deba llegar al control de la Policía.

La semana pasada en una entrevista que le hicimos al alcalde Ospina desde Oye Cali, nos narró lo difícil de ese trabajo ya que muchas veces se llega a acuerdos con los líderes de las resistencias, pero salen otros a decir que no se ven representados por ellos y salen nuevos voceros. Muy tenaz. Lo que sí es evidente es que la iglesia, las ONG y la Alcaldía han logrado de cierto modo contener más actos de violencia y es por eso que en Cali en las últimas semanas, distinto que en Bogotá y Medellín, no ha habido grandes actos de violencia en forma de protestas, algo bueno estamos haciendo y agradezco a todos.

Por otro lado mucha ‘gente de bien’, y lo digo así jocosamente para entender que son las personas de Oeste, han entrado a entender que es a través del diálogo y se han conformado muchas mesas de trabajo que están consiguiendo muy buenos resultados.

Muchos empresarios y colectivos unidos, también estamos poniendo varios granos de arena en un acercamiento con los jóvenes y sus comunidades para entendernos y juntos, en el respeto, buscar soluciones. Se está trabajando en comedores comunitarios, capacitación y formación en agricultura urbana y sostenible. También buscando fuentes de empleo, capacitación y formación para que muchos jóvenes tengan mejores posibilidades de trabajos dignos.

Si esto no funciona podríamos llegar, y Dios no lo quiera, a una guerra civil imparable. Vamos todos a hacer mejores personas desde la generosidad del alma.

¡Se puede!