El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Equilibrio

En una negociación entre dos partes, siempre, óigase bien, siempre, ambas partes...

6 de octubre de 2012 Por: Miky Calero

En una negociación entre dos partes, siempre, óigase bien, siempre, ambas partes tienen que ceder, sino no sería una negociación sino una imposición. Es un tome y deme. Para sentarse en una mesa de concertación las partes deben tener voluntad, serenidad, buen juicio, cero arrogancia y muchos deseos de poner el bien común por delante y así llegar a un acuerdo. No podemos olvidarnos que nuestro conflicto comenzó hace muchos años cuando un grupo de personas hastiadas de los atropellos de grandes terratenientes y una sociedad en formación con grandes falencias en la ética, deciden tomar las armas. En esa época nuestro país parecía más una monarquía que una democracia, todavía se veía a la ‘Patria Madre’ como ejemplo a seguir y se construían grandes haciendas y capitales donde unos patrones ejercían su poder con algo de actitud esclavista. Era una sociedad en construcción donde se cometieron muchas injusticias y dio pie para que empezara el resentimiento que llevó al conflicto armado. La cosa empezó mal desde el comienzo cuando en la conquista les fueron arrebatadas las tierras a los aborígenes a sangre y fuego y nació el desequilibrio. Ya no se puede “llorar por leche derramada”, pero es bueno tenerlo presente para poder tener elementos y así un buen juicio. Con mucha facilidad nos ‘rasgamos las vestiduras’ y llamamos bandidos a todos los que están alzados en armas pero se nos olvida que nuestra ‘suciedad’ también está llena de ladrones de cuello blanco que desfalcan los dineros de la salud, la educación y la infraestructura. Políticos que promueven la corrupción, la trampa y el enriquecimiento ilícito. No tiene justificación ninguna forma de violencia como tampoco que unos pocos se enriquezcan desmedidamente y así crezca la desigualdad. Los monopolios no ayudan al problema, tiene que haber más equilibrio.Pero esto, lo de la paz es asunto de todos, no del Gobierno y las Farc, no podemos esperar que allá se negocie mientras nosotros en nuestro entorno seguimos siendo injustos. Es tan fácil mirar “la paja en ojo ajeno, cuando no nos damos cuenta que tenemos una viga en el nuestro”. Requiere un autoexamen para ver cuánto estamos haciendo cada uno de nosotros para construir una sociedad más justa y más equilibrada.Me pregunto, ¿cuántos de nosotros conocemos la situación personal de las personas que nos trabajan? ¿Sabemos si tienen casa propia? ¿Sólo pagamos lo que nos exige la ley pero no nos salimos de allí no importa que a la persona no le alcance y pase trabajos? ¿Nos afecta? ¿Cuan déspotas somos con ellos?Como decía Alejandro Éder en la entrevista de este periódico, esto se construye poniendo no exigiendo, tenemos que quitarnos los guantes y perdonar porque sino “no llegamos a ningún Pereira” y seguiremos sumergidos en un conflicto de nunca acabar. Es fácil negociar con las gallinas del otro. El equilibrio es lo más importante. ¿Qué estoy haciendo yo?