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El mecanismo

En Brasil son los campeones, son tan buenos en eso que hasta exportan corrupción y sus métodos a otros países, como digo, en una empresa multinacional súper sofisticada y de grandes utilidades.

19 de julio de 2021 Por: Miky Calero

La corrupción es la empresa mejor organizada de todas, es más eficiente y produce más utilidades que las grandes multinacionales, ya quisieran Nestlé o Coca-Cola tener las utilidades mundiales que produce.

Los corruptos cada día que pasa se adueñan más y más de los recursos públicos que deberían generar bienestar para muchos y lo que pasa es lo contrario, más y más pobreza. Los mecanismos sofisticados y tecnológicos son algo de no creer. Ellos van delante de todos y la utilización de la tecnología de punta para esconder sus torcidos.

En Brasil son los campeones, son tan buenos en eso que hasta exportan corrupción y sus métodos a otros países, como digo, en una empresa multinacional súper sofisticada y de grandes utilidades.

Odebrecht es un ejemplo de eso, permeó la mayoría de países de América y sus tentáculos llegaron a otros continentes. A influido en los procesos electorales y en los contratos de infraestructura mas ‘jugosos’ y Colombia no se escapa de ello. Es triste pensar que esa compañía la empezó el abuelo que ya recurría a las coimas, el padre las aumentó y el hijo creó todo un departamento con oficinas y empleados dedicados solo a eso, a sobornar y así seguir creciendo.

En Colombia, para pagar sobornos, el Consorcio Ruta del Sol II y la constructora Consol crearon una telaraña de contratos ficticios que hacen parte de una de las mayores tramas de corrupción de las que haya memoria. En las grabaciones que dejó Jorge Enrique Pizano le cuenta al entonces fiscal Néstor Humberto Martínez (anterior abogado de el consorcio) cómo operaban esos negocios que sacuden al país. En el Caribe, la multinacional se hizo en 1994 al Puerto Drummond en Santa Marta, en 1995 a la Ferrovía La Loma-Santa Marta, en 1999 al Complejo Carbonífero del Cerrejón en La Guajira y en 2014 a la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena, en la mira de las autoridades por el préstamo de 120 mil millones de pesos del Banco Agrario a una quebrada Odebrecht. Todo queda en la impunidad.

Es claro que para ganar contratos en todos los países, Odebrecht daba grandes contribuciones a las campañas electorales para de esa manera después recibir ‘favores’ en forma de contratos. El juego sucio que hace desangrara nuestros países y arrastrarlos a una pobreza y desigualdad que tiene al borde de estallar en la anarquía a varios de ellos.

Así que es claro que todos los problemas, óigase bien, todos ellos, comienzan por la corrupción y la complicidad de nuestros dirigentes, llámense públicos o privados, porque los bancos no se salvan de colaborar con esos contratos. Me pregunto, quién tiene mas responsabilidad en la destrucción de nuestra República, ellos, los corruptos políticos, o los insurgentes del monte. Hummm, o ¿los segundos son el resultado de los primeros?

Si el lector quiere saber algo más de la corrupción de Brasil que se extendió a nuestro país, hay una serie en Nextflix sobre el tema, se llama El Mecanismo.