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Contratitis, MÍO y Poncho

¿Dónde va a parar la plata de nuestros impuestos cuando de infraestructura se trata?

26 de noviembre de 2018 Por: Miky Calero

Primero: ¿Dónde va a parar la plata de nuestros impuestos cuando de infraestructura se trata? Los concejales, diputados, congresistas y lobistas de los grandes grupos empresariales formulan proyectos que presentan a la Nación, a las gobernaciones o a las alcaldías. Allí se aprueban, muchos a pupitrazo limpio, sin un estudio verdadero y sin muchos de los permisos, sin soportes reales, sin licencias ambientales en regla, etc., etc., etc.

Al estar aprobados ya entran dentro del presupuesto, por lo cual hay que ejecutarlos, si no, se incurre en prevaricato. Como muchos de los proyectos no cumplen con la realidad, allí es donde vienen los sobrecostos, por diseños adicionales, licencias que no se sacaron, por lo tanto, las demoras en la ejecución, y allí es donde ‘tenga pa’ que lleve’; sobrecostos que diezman los erarios públicos y por lo cual hay que hacer reformas tributarias para pagar todo ese despilfarro. Triste, hasta los más pobres pagan las embarradas y los robos de estos personajes siniestros.

Segundo: Bien por la gran labor del alcalde Armitage y su colaborador Nicolás Orejuela, presidente de Metrocali, en la reestructuración del sistema de transporte masivo, MÍO. Soy testigo de primera mano de los esfuerzos sin tregua que lleva esta Administración para lograr acuerdos para que el sistema sea sostenible. Bien por los operadores que se sumaron a ese esfuerzo. Bien por la empresa Blanco y Negro y el Bancolombia, Epsa y Emcali, entre otros, por apostarle a traer buses eléctricos para complementar la flota y mejorar la calidad del aire.

El transporte público es un derecho esencial así como la salud y la educación. Los gobiernos tienen que garantizar un sistema digno para que las personas que solo tienen ese medio para transportarse, puedan llegar a tiempo a sus trabajos y volver a tiempo a sus casas para ver a sus hijos crecer. Una sociedad sana y sin violencia tiene que apostarle a un sistema masivo de transporte eficiente.

Tercero: Contestación a mi amigo Poncho Rentería: en una conversación en el programa radial ‘Oye Cali’ (del cual tengo el honor de ser colaborador por más de diez años), prometí demostrarle que haber defendido el acuerdo de paz del presidente Santos (a quien admiro), no me convierte en guerrillero y mucho menos me hace aprobar lo que el ELN está haciendo. Repudio los secuestros, repudio la voladura y derrame del petróleo. No comparto los métodos violentos de las marchas estudiantiles infiltradas. A pesar de que creo solemnemente en la importancia de mejorar los presupuestos para la educación, que es la única manera en que nos haremos viables como sociedad. No estoy de acuerdo con ningún tipo de violencia ni de parte de unos ni de los otros. ¡Sí a la paz, no a la violencia! Mi querido Poncho.