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Círculo

Pretender que lo que funcionó en un momento, sirva igual en otro, es iluso y poco práctico.

7 de enero de 2019 Por: Miky Calero

La eternidad existe pero no en una misma forma, todo es impermanente, todo está en movimiento, nos transformamos continuamente.

La vida sobre este globo terráqueo es una rueda que nace, se transforma y muere, como lo expresa la cosmología hindú con su trilogía de Dioses: Brahma (el creador), Vishnu (el preservador) y Shiva (el destructor). Nos convertimos en polvo que a su vez alimenta la flora y la fauna que los humanos consumimos y vuelve y juega… vez tras vez en perfecta sincronía. Las relaciones entre las especies también están en permanente cambio, por eso esperar que todo siga igual es imposible. Nada es permanente, el sol sale, recorre un círculo y vuelve y se esconde, nunca para, se mueve con el sistema solar que también viaja con el universo, nacen nuevas estrellas y otras mueren.

Los gobiernos de los diferentes países a veces son de derecha o a veces son de izquierda, no hay nación en la tierra que lleve muchos años y menos siglos con un sola manera de ver la política. Pretender que lo que funcionó en un momento, sirva igual en otro, es iluso y poco práctico.
Nuestros pensamientos no son estáticos, las condiciones cambian, igual que nuestros deseos y planes. Los pensamientos viejos son transformados por los jóvenes que vienen con sueños distintos, pueden ser buenos o poco prácticos pero así es la rueda de la vida, nada se puede imponer por la fuerza, todo en la vida es flexible, una rama rígida tarde o temprano se quiebra. La tolerancia y la aceptación son algo que deja que las trasformaciones fluyan.

En la cosmología nativo americana se tiene claro ese concepto, sus casas o tipis son redondas para permitir que la energía circule, así como es el universo; sin esquinas. En las ceremonias del Temascal, el inipi es circular igual que el altar y el ombligo donde llegan las abuelitas piedras. La danza del sol se hace circulando alrededor del árbol de la vida y los tambores que acompañan son redondos. Los atrapasueños son circulares, igual las faldas de las mujeres que representan la conexión con la madre tierra. La mujer tiene un ciclo menstrual que obedece al sistema diseñado para la creación de la vida humana, que nace dentro de una barriguita redonda.

Es bueno tener eso claro para dejar de estresarnos tanto cuando las cosas no salen como queremos o pretendemos que sigan iguales. Hay que fluir con el movimiento y reconocer los periodos que ya cumplieron un ciclo. La vida se convierte en algo más placentero.

Recuerdo lo que siempre me dice una mujer isleña cuando llego a San Andrés, “oye caleño, estás en la isla, deja el continente atrás y fluye como las olas, lento y en calma”. Las corrientes del mar son circulares y en permanente transformación.

¡Feliz comienzo de un nuevo ciclo! ¡Que viva la vida en su andar ondulante!