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Carta a las Farc

Voté Sí en el plebiscito y con entusiasmo he defendido el Proceso de Paz porque sé que el acuerdo entre el gobierno y su grupo es sólo el comienzo.

2 de mayo de 2017 Por: Miky Calero

Voté Sí en el plebiscito y con entusiasmo he defendido el Proceso de Paz porque sé que el acuerdo entre el gobierno y su grupo es sólo el comienzo. Es darle la vuelta a la página, como dice el señor Fajardo, la posibilidad de empezar a escribir en una página blanca la nueva historia de Colombia; a ver si atrás podemos dejar la violencia y la corrupción. Eso no me hace comunista porque rechazo toda forma de represión, no me gustan los extremos y la polaridad. Soy un soñador y me alegro cuando se intenta cambiar sistemas injustos para heredar mejor futuro a las generaciones venideras.

Eso quiere decir señores que tanto el Gobierno como ustedes, tienen una responsabilidad con los que creímos en el proceso, de no defraudarnos. No es el momento de intereses mezquinos y discursos trasnochados a favor de un sistema que no funcionó como el venezolano. Está claro que el señor Maduro con su habitual cinismo, está llevando a nuestra hermana república a una guerra en la que se derramará mucha sangre inocente. No está bien que él, mientras hay guerra en las calles, baile ridiculizando a personas que tienen la valentía de suplicar por la paz, como el compatriota, que desnudo y con una biblia en la mano se subió a una tanqueta implorando “No más”. Eso es demagogia populachera, el cinismo inaceptable que ustedes tanto le critican a la extrema derecha colombiana. Por favor, den vuelta a la página.

Lo que se consigue con esos desafortunados comentarios a favor del gobierno de Maduro es darle gasolina a la extrema derecha para que eventualmente puedan recuperar el poder. No quiero eso, por favor. Quiero un gobierno libre de radicalismos, de verdadero centro, que trabaje por el bien común, sin filiaciones políticas tradicionales, con sus costumbres de aceitadas maquinarias y reparticiones burocráticas que desangran las arcas del pueblo. Un gobierno del ‘pueblo para el pueblo’ que somos todos: obreros, amas de casa, fotógrafos, empresarios, gente del común, con todo tipo de tendencias políticas, religiosas y sexuales.

La Revolución Bolivariana tiene sus días contados porque fracasó. El de Venezuela es el último gobierno de extrema izquierda que queda en el continente. Otros gobiernos de tendencia izquierdista que sí han demostrado logros como los de Ecuador, Bolivia y Chile, han tomado distancia de lo que esta pasando en Venezuela. Hasta el propio Pepe Mujica ha criticado lo que pasa en el vecino país.

El expresidente Uribe, con su bancada, quiere recuperar el poder y sigue amenazando que podemos volvernos ‘castrochavistas’. Es parte del eje de su discurso aunque sea una cosa poco probable porque dentro de muy poco ese argumento no tendrá sustento, ya no habrá ‘castrochavismo’ ni siquiera en Venezuela.

Por favor, señores de las Farc, construyamos un país sin odios y enfoquemonos en escribir esa nueva pagina para nuestra bella Colombia. ¡Yo estoy seguro que se puede!