Cannabis sattiva
Esa yerba maldita para unos y sagrada para otros, se ha convertido...
Esa yerba maldita para unos y sagrada para otros, se ha convertido en la imagen de los valores de nuestra sociedad. En esta columna no voy a hablar sobre los efectos de la marihuana fumada, untada o comida sino sobre lo que representa para una sociedad mojigata, de doble moral, una sociedad con sus dos lados de la moneda que siempre está lista para juzgar a unos mechudos marihuaneros, pero incapaz de examinarse en sus conductas fraudulentas y ventajosas que son aplaudidas en los baños turcos o en las canchas de golf de sus country clubs. Es bien participar en negocios donde se tumba al otro o al fisco, donde se saca la mejor tajada, a veces sin importar su efecto en otros, todo porque hay que hacer buenos negocios. Primero la platica, mijo, y a celebrar con whiskey y una joven amante.California pretendía sentar un precedente en el intento de legalizar la maracachafa y así decirles a los godos de pensamiento que la sociedad sana se construye, no por lo que se meta por la boca o la nariz, sino por principios de ética y buen trato. La cultura OpusDeidiana, donde se mira para afuera con ojos distintos de los que se usan para mirar hacia adentro, donde las mentiras piadosas, los atajos, y el fin justifica los medios hacen mucho más daño que un bareto en manos de un sollado. Son igual de malos o peores los ladrones de cuello blanco que roban billones en contrataciones con el Estado y tumban a incautos con sus altos intereses y viviendas indignas, que los ladrones basuqueros que roban licuadoras y hornos microondas.La represión y la fuerza nunca lograrán parar el desmadre por donde vamos en caída libre. Una sociedad libre de adicciones se logra con justicia social y con una extraordinaria educación, sin la falsedad típica de algunos señores y señoras que se rasgan las vestiduras fácilmente juzgando a otros, pero permiten conductas corruptas dentro de sus grupos cerrados que ostentan el poder.El narcotráfico es tan rentable por la ilegalidad, que una sociedad corrupta no va a soltarlo y menos cuando se destinan billones de dólares en combatirlo, plata que es parte del jugoso negocio de las armas y sus fabricantes, uno de los más lucrativos del planeta. Sería todo tan distinto si esa plata se usara en educación y en resolver la pobreza y el hambre. Sería una sociedad libre de la necesidad de usar drogas, trago y todo tipo de adicciones para poder soportar las injusticias que se cometen a diario. Dejemos de ser mezquinos y apostémosle a un futuro libre de adicciones haciéndonos mejores personas ya, lo que se logra sin ser fariseos e hipócritas. ¡Abajo la mojigatería!