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Lutero, hace 500 años

“El hombre que no gusta del vino, las mujeres y el canto, será un necio toda la vida…”, decía Martín Lutero, el reformador de la Iglesia Católica, quien hace 500 años y dos días, un 31 de octubre de 1517, clavó con un martillo, en la puerta de la iglesia de Wittemberg las 95 normas que, en su juicio, deberían regir entonces la vida de los cristianos.

1 de noviembre de 2017 Por: Medardo Arias Satizábal

“El hombre que no gusta del vino, las mujeres y el canto, será un necio toda la vida…”, decía Martín Lutero, el reformador de la Iglesia Católica, quien hace 500 años y dos días, un 31 de octubre de 1517, clavó con un martillo, en la puerta de la iglesia de Wittemberg las 95 normas que, en su juicio, deberían regir entonces la vida de los cristianos.
Con ese gesto y el de arrancar de las manos los perdones e indulgencias que emitía la iglesia, previo pago -entonces centenares de pecadores hacía fila para ganar el cielo después de engordar las arcas de Roma- el sacerdote alemán declaró una ruptura, una postura que fundó la iglesia protestante.
Justamente, se llamó protestante por la protesta que entabló ante la iglesia tradicional, pues no podía concebir que un pecador saneara su vida con dinero.
Lutero rompió el celibato y contrajo matrimonio con la exmonja, Catalina de Bora, con quien tuvo seis hijos. Convirtió su casa en un foro de crítica, revisión y lectura de la Biblia. Muchos europeos peregrinaban hasta ahí para escucharlo y pernoctaban en su casa.
Fue el primero en traducir la Biblia del latín al alemán. En la Edad Media, ad portas del renacer del mundo y la cultura, lo que se conoció como Renacimiento, después del año 1500, pocas personas sabían leer el latín. Lutero oró y evangelizó en alemán, y para ello tuvo aliados; con la invención reciente de la imprenta de Gutemberg, sus ideas tuvieron gran difusión. Es menester reconocer que otro gran multiplicador del pensamiento luterano fue el pintor y sabio alemán Lucas Cranach, llamado El Viejo, pues su hijo, con el mismo nombre, también artista de grandes merecimientos, fue identificado como El Joven. Lo que se conoce de la imagen de Lutero, tiene que ver con la fidelidad pictórica de los Cranach, quienes no sólo hicieron su retrato, sino que recrearon las costumbres de la época. Sólo tuvieron un rival: Durero, dos estilos distintos. Cranach evocaba en su paleta, de manera fiel, la vida campirana, escenas de la vida de Jesús. Fue el primero en pintar a la Virgen María con la mirada de frente al espectador, algo que también se consideró sacrílego.
Alemania no ahorra por estos días ningún evento en torno a los 500 años de lo que se denomina La Reforma. En plazas y parques se venden efigies de Lutero, figuras para armar, al tiempo que los músicos andan atareados con la efemérides. La cultura luterana influyó directamente en los fastos y alabanzas en templos y festividades, y dio origen a una revolución coral. Se propagaron por Alemania grupos que entonaban salmos y composiciones de orden místico.
Estudiante destacado, su padre fue administrador de minas de cobre y quiso que fuera abogado. Pero el joven Martín vivió una experiencia inolvidable. Un rayo cayó cerca de él. Con la seguridad que Santa Ana lo había salvado, se hizo sacerdote agustino.
Su reforma desató la ira de Roma. El Papa León X dijo que no le pararan bolas: “Es sólo un borracho alemán que seguramente cambiará de opinión cuando este sobrio”, expresó, y declaró la Contrarreforma, con la asesoría, entre otros, del teólogo Silvestre Mazzolini.
Entre las 95 propuestas de reforma, escritas por Lutero, destacan:
1. Mera doctrina humana predican aquellos que aseveran que tan pronto suena la moneda que se echa en la caja, el alma sale volando.
2. Debe enseñarse a los cristianos que el que ve a un indigente y, sin prestarle atención, da su dinero para comprar indulgencias, lo que obtiene en verdad no son las indulgencias papales, sino la indignación de Dios.
3. El verdadero tesoro de la iglesia es el sacrosanto evangelio de la gloria y de la gracia de Dios.
4. Del mismo modo: ¿Por qué el papa, cuya fortuna es hoy más abundante que la de los más opulentos ricos, no construye tan sólo una basílica de San Pedro de su propio dinero, en lugar de hacerlo con el de los pobres creyentes?

Sigue en Twitter @cabomarzo

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