Fútbol y sancocho
No por azar la guerra y el reino animal se juntan en...
No por azar la guerra y el reino animal se juntan en el fútbol, donde es común oír hablar de heroísmo, patrias salvadas, mordidas de polvo. Los últimos jugadores argentinos traídos a Colombia, tenían en cuenta decirles a los medios que llegaban, humildemente, "como un soldado más ", no se fuera a creer que venían a mandar en la cancha, a decretar servidumbre en los otros jugadores.Maradona, no se sabe si por el clima de África, o inspirado por las primeras victorias, dijo que tenía 23 fieras, las mismas que, con la mansedumbre de los corderos, abordaron el avión de retorno a Buenos Aires.En este matrimonio de guerra y reino animal, el fútbol nos ha mostrado un Caimán Sánchez, un Oso Segovia, un Palomo Usuriaga, un Conejo Pérez y un Tiburón Mina Polo, que pueden elevar la moral nacional a la hora de una conflagración con Venezuela, si el Ejército convoca al Rifle Andrade, al Misil Restrepo, al Bombardero Valenciano y al Panzer Carvajal.Creo que no hemos aprovechado suficientemente las gracias que nos depara el reino animal aplicado al fútbol, virtudes que debemos tener en cuenta para el próximo Mundial. Saber por ejemplo, qué nos pueden aportar La Chigüirina, del Chigüiro Benítez, el comportamiento felino del Tigre Castillo, las argucias de Alcatraz García, la velocidad de la Coneja Acosta o la agresividad de la Piraña Díaz. Estoy seguro que estamos desperdiciando esta fuente natural y ecológica de talento colombiano.Necesitamos un entrenador que encause, hacia el fútbol, la astucia de la Rata Gallegos, la modorra calculada del Perico Pérez, el vuelo silente pero efectivo de la Mosca Caicedo, y el desplazamiento sutil del Pescadito Calero. De la guerra hemos tenido instructores inolvidables. ¿Se acuerdan del Tanque Olmos, Martillo Penagos, y Luis Eduardo Reyes, el Hombre de Hierro? En esto de milicia, Argentina dio línea, con el Soldado Savagno, el Policía Alzamendi, la Muralla Pascutini, el Búfalo Funes y el Caballo Lorea.Como no todo puede ser guerra, y al pan hay que ponerle circo, podemos diseñar una estrategia lúdica, hacia el fútbol, que incluya las gracias del Muelón Sánchez, combinadas con el potencial histriónico de los Magos Loayza y Capria, la Foca Landaburu, el Camello Soto, el Pitufo de Ávila, la Bruja Verón, el Piojo Yudica y la Pulga Messi, estos últimos con función especial en el trapecio, salto al vacío sin red, con apariciones esporádicas, bajo carpa, del Pato Colman. Lo que iba a pasar en este Mundial, por ejemplo, ya podíamos anticiparlo con África Umaña. Pero no le preguntamos nada, y preferimos la táctica del pasado, la que nos mantiene todavía en el burro; o sea, la del Machete Segrera, y la de las apariencias, la que bien representa la Barbie Hernández.Está probado que el fútbol, como la vida, es una disciplina que requiere también un poco de locura para hacerla llevadera. Prueba de ello fue lo que nos deparó el Loco Higuita, sin cuyas salidas dementes no estaríamos inscritos en la página de oro de Wembley, con El Alacrán. Debemos tenerlo como consejero si queremos llegar al próximo Mundial. Sin olvidar las enseñanzas del Loco Corbata, las atrapadas del Loco Gatti, los contragolpes delirantes del Loco Biela, las jugadas imposibles del Loco Palermo y el pundonor, nunca bien ponderado, del Loco Sanclemente.Es lo que necesita nuestro fútbol, alegría, felicidad, todo en la olla, como en sancocho, con las recetas de Cocina Barona. Así, algún día podremos brindar, porque la copa sigue lejana. Está probado que por hoy seguimos brindando con el Pocillo López, y a oscuras, porque no nos alumbra Bombillo Castro.