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Cine y poesía

Hacer poesía en el cine nunca ha sido fácil y de ahí el divorcio permanente entre la obra literaria y la película.

9 de diciembre de 2020 Por: Medardo Arias Satizábal

Hacer poesía en el cine nunca ha sido fácil y de ahí el divorcio permanente entre la obra literaria y la película, la que resulta, en última, con carácter propio, lejana de lo que quiere decir o representar un escritor. Por ello, Gabo se negaba de manera firme a la filmación de ‘Cien años de soledad’ y otras de sus obras, hoy tan codiciadas por Netflix.
Hizo bien, por la salud de su literatura y del cine.

Surge ahora un gran competidor para la exhibición de cine en casa: la Warner Bros, invertirá millones de dólares en esta nueva mina de oro magnificada hoy por la pandemia.

Existen excepciones en la adaptación cinematográfica de la literatura, como fue ‘Muerte en Venecia’, la excepcional película de Visconti que interpretó de manera fiel a Thomas Mann, o la excelente película ‘Il postino’, con música de Luis Bacalov.

‘Medianoche en París’ es sin duda uno de los filmes más bellos que se hayan hecho sobre el París de posguerra y su presencia en el arte, en la literatura del mundo. Woody Allen tomó como pretexto de esta maravillosa producción la vida de un escritor de quinto atril, nacido en una pequeña ciudad anodina de los Estados Unidos. Alguien que, sin embargo, sueña con ser grande entre los grandes y tiene esta fantasía, en el túnel del tiempo, de alternar con Gertrude Stein, Hemingway, Scott Fitzgerald, Luis Buñuel, Pablo Picasso, Toulousse-Lautrec, Braque, Salvador Dalí, Zelda Fitzgerald, T.S. Eliot, entre otros.

“Si alguna vez visitas París, siendo joven, esta ciudad te perseguirá toda la vida como una procesión…”, dice Hemingway en ‘París era una fiesta’; debo admitir que se trata de una de las ciudades más carismáticas del mundo, con esa magia del ‘quédate aquí’, que intuyó Carpentier en villas como Toledo o Sevilla.

Por supuesto, en el filme no ,están los panaderos que redondean crepes con crema de chocolate en la calle, ni los organilleros de la Rive Gauche que muelen su música de nostalgias entre los pintores que venden postales de Notre Dame a los turistas. Tampoco los restaurantes griegos que ponen pulpos y lenguados en las vitrinas, o los mercados de pulgas donde venden platos pintados a mano y maletas desahuciadas.

‘Medianoche en París’ es un viaje precioso al París del Can Can, del primer ‘Moulin Rouge’ y del origen de esa tendencia artística que exaltó a los negros como una presencia fuerte en el arte de vanguardia con la ‘Revue Nègre’ y la figura esbelta de Joséphine Baker.

Allen pone en casa de la Stein toda la fuerza de su creación, y acude a fiestas sagradas como si mirara a través de una rendija a estas mujeres de cuerpos gráciles, que aún vestidas parecían desnudas. Quizás los cuellos, los tobillos y las rodillas de las féminas se han empobrecido con los años, pero debemos admitir que en los veintes, después de la guerra, eran como piezas de alabastro. A esa belleza clásica hace culto Woody Allen y pone a marchar en ese mundo al típico escritor en ciernes que se lamenta siempre de no haber vivido en otra época.

‘Midnight in Paris’ es también un pretexto para mostrar la belleza sin par de Claudia Bruni en el jardín de Rodin.

En Cali tuvimos nuestra Gertrude Stein; Nelly Domínguez Vásquez, quien un día decidió partir a Europa desde Buenaventura, y se instaló en París como una condesa. Ahí, daba cenas con calvados y absenta para los jóvenes escritores que soñaban ya con fama parisina. Por sus manteles desfilaron García Márquez y Manuel Zapata Olivella, entre otros. Esperó el vapor italiano en el puerto, llevando consigo a su nana de toda la vida,
la negra que la vio crecer, y dos bultos de panela del molino su padre.
Conversando con Nelly un día, me dijo que la panela viajó a bordo del ‘Rossini’ y regresó a Colombia, también en barco, pues durante el tiempo que vivió en París, sobrevivió a las fiestas literarias, a los saraos que preludiaban ya su novela ‘Manatí’, pionera del realismo mágico en América.

Sigue en Twitter @cabomarzo

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