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África diversa

Dichas canciones, inocentes y gozonas en su genuina originalidad, obligan sin embargo a otra lectura: la de la intricada, sutil y a veces excluyente estratificación racial afrocaribe y afropacífica.

7 de julio de 2021 Por: Medardo Arias Satizábal

Bobby Capó, de Coamo, Puerto Rico, escribió muchas canciones -‘Llorando me dormí’, una de ellas, símbolo de los 60 y traducida al chino, le mereció un título Honoris Causa en la Universidad de Columbia-, pero tal vez su composición más popular fue la guaracha ‘El Negro bembón’, interpretada por Rafael Cortijo Verdejo y su combo. Auténtica opereta popular, en ella se cuenta la historia de un hombre asesinado -¿en la Boca de Cangrejos?- por ser “tan bembón”, es decir, por tener la boca grande y los labios gruesos, característica afroamericana que ha sido tema de muchos versos criollistas y canciones de salsa moderna, como ‘Bemba colorá’.

Si ambas canciones, ‘El Negro bembón’ y ‘Bemba colorá’, no fueran interpretadas y gozadas por afroamericanos, seguramente alguien hubiera dicho ya que son temas ‘racistas’, pues en ellos se niega, jocosa y pícaramente, a los bembones.

Dichas canciones, inocentes y gozonas en su genuina originalidad, obligan sin embargo a otra lectura: la de la intricada, sutil y a veces excluyente estratificación racial afrocaribe y afropacífica.

Ese racismo secreto y a veces abierto hace que florezcan chistes, ‘jodederas’, consejas de doble sentido e ironías practicadas por los mismos mestizos, con base en su mayor o menor pigmentación de piel. He escuchado a caribeños la expresión ‘congo’, para denominar a un hermano de raza que ellos consideran “más negro que la noche”, o a otros, autodenominarse ‘javaos’ (negros de piel clara), ‘mulatos blanconazos’, ‘canelo power’ (ello por la ‘Piel canela’ a la que cantó Bobby Capó), ‘color carne a la plancha, tirando a kaki’, ‘moro’, ‘javao capirro’ -negro de piel amarilla y ojos claros- y también, el ‘negro de pelo bueno’, que es aquel afroamericano que lleva el cabello liso, llamado ‘culiso’, en la Costa Pacífica colombiana.

En fin, son tantas las denominaciones, la clasificación melanínica que se da entre afroamericanos en el Caribe y América Latina, que todos estos eufemismos llevan a pensar que esa estratificación dice tácitamente: “Soy más blanquito que tú…”.

En Puerto Rico, la casta jíbara de Ponce y otras provincias, aclimató entre la trata azucarera de las grandes centrales, un tratamiento específico para los afroamericanos, notorio aún en la música y la literatura. Edgardo Rodríguez Juliá, autor, entre otros textos de ‘El entierro de Cortijo’ y ‘Peloteros’, recoge parte de esas descripciones en sus libros. Cuando alude a Peruchín Cepeda: “Sus jonrones eran kilométricos y de línea; evoco ese swing nivelado, cuyo poder residía en los antebrazos, las muñecas, las manos enormes y el trasero mandinga...”.
Recordando al guardabates del ‘dream team’ del béisbol puertorriqueño en 1995: “Lo llaman Lou Brock, un negrito con duende, de los gulembos de antiguos tiempos, medio zambo, y con ese simulacro, muscular y óseo del desnutrido...”. Refiriéndose a Rubén Sierra: “De todos modos mi padre mulato lo hubiera tildado de ‘negro parejero’...”. Roberto (Alomar), es mono, al modo puertorriqueño, ‘porto rican cute’, según las categorías norteñas; es un mulato de nariz pequeña y mentón algo abreviado. En ese rostro tan puertorriqueño, a mitad de camino entre cierta mulatez carifresca y una simpatía inocente, hay algo definitivamente ‘soigneux...’.
La opereta del ‘Negro bembón’ podría tener sitio, junto a los antiguos grabados que se exhiben en la Alcaldía de Ponce, dedicados a la Plena ‘Cortaron a Elena’, que se cantaba como un periódico de esquina en el viejo barrio de San Antón. Sólo que el repertorio se agotaría con esta negritud que ha creado niveles de distinción entre los javaos, los blanconazos, los moros, los habsburgos, los cerníos, los fiebrúos, los tentenelaires, los saltatraces, los morenos, los prietos, los pardos, los retintos, los parejeros, los pelobueno, los canelos, los enturunaos, los cangrejeros, los mulatos carifrescos, los gulembos, los congos, los mongos y los mandingas.
Sigue en Twitter @cabomarzo

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