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Rescate bancario sin austeridad

El rescate de la banca española, con un crédito de 100.000 millones...

17 de junio de 2012 Por: Mauricio Cabrera Galvis

El rescate de la banca española, con un crédito de 100.000 millones de euros prestados al gobierno español para que se los inyecte a los bancos, es una muestra clara de la doble moral y la ideología reaccionaria de los mercados financieros y los economistas neoliberales.¿Austeridad o crecimiento? Ese ha sido el intenso debate sobre las políticas que se deben aplicar para sacar a Europa de la profunda crisis financiera, evitar la recesión y salvar el euro. De una parte, la canciller Merkel de Alemania, con el soporte intelectual de muchos economistas de derecha, insiste en que la salida para países como Grecia y España es recortar aún más el gasto público para reducir el déficit fiscal y el tamaño de la deuda pública. Según esta visión, la causa de la crisis es la irresponsabilidad fiscal y la receta de austeridad es esencial para recuperar la “confianza” de los mercados financieros y poder volver a tener acceso al crédito a tasas razonables.La visión alternativa, de economistas progresistas como los premios Nobel Krugman y Stiglitz, es que las causas de la crisis son diversas (en Grecia fue la irresponsabilidad fiscal de los gobiernos conservadores y en España la irresponsabilidad de los banqueros privados) y que la solución es aumentar temporalmente el gasto público y la emisión monetaria para reactivar la economía y así los deudores vuelvan a tener capacidad de pago y aumenten los ingresos del Estado.La receta del Crecimiento ha ido ganando adeptos hasta en algunos medios conservadores como la revista The Economist, que en su último editorial dice que hay que dejar de lado la austeridad y enfocarse más al crecimiento, y le pide a la señora Merkel que prenda los motores de la reactivación.Pero volvamos al rescate de la banca española. Era inevitable y necesario porque varios bancos de ese país están quebrados, como resultado de la forma irresponsable como hicieron préstamos en la década pasada. Entre el 2000 y el 2008 la cartera bancaria pasó de representar el 88% al 171% del PIB, sobre todo por los créditos hipotecarios que se multiplicaron por 9 en ese período, generando una enorme burbuja en el sector inmobiliario que duplicó el precio promedio de las viviendas. Cuando estalló la burbuja los deudores no tuvieron cómo pagar sus créditos, los precios colapsaron y los bancos se encontraron con garantías que valían mucho menos que los créditos.El mecanismo para el rescate de la banca es un crédito al gobierno español para que este a su vez lo preste a los bancos o lo use para capitalizarlos. En cualquier caso implica un aumento del gasto público, un incremento del déficit fiscal y, por supuesto, un mayor nivel de deuda pública. Todo eso se justifica para evitar una corrida de depósitos que haría colapsar el sistema financiero.Lo que es inaceptable, y raya en la obscenidad, es que quienes aplauden esta intervención del Estado sean los mismos que han exigido el recorte de otros gastos públicos, en particular los gastos sociales. El bien-estar y la calidad de vida de los españoles se ha reducido dramáticamente por las políticas de austeridad que han congelado pensiones, aumentado la edad de jubilación, recortado los servicios de salud y educación públicas y deteriorado los contratos laborales.La doble moral que critica el gasto público social pero aplaude el uso de recursos públicos para rescatar a la banca es la tradición de los gobiernos de derecha que rechazan el gasto público, salvo cuando se usa para dar beneficios y subsidios a los ricos. ¿Algún parecido con el huevito de la “confianza inversionista”?

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