El pais
SUSCRÍBETE

La peluquería del Congreso

La peluquería del Congreso no atendió el llamado del ministro Ocampo que siempre estuvo abierto a revisar la reforma

5 de noviembre de 2022 Por: Vicky Perea García

El Congreso colombiano tiene una eficiente peluquería. Así lo demostró con la peluqueada que le hizo a la reforma tributaria, que entró aspirando recaudar $25 billones y saldrá con unos $19 billones. Lo lamentable del resultado es que se hizo para mantener los privilegios y exenciones de unos cuantos afortunados y, como consecuencia, la reforma resultó menos equitativa y progresiva de lo que se pretendía.

La más significativa desde el punto de vista de la equidad es el rechazo al impuesto a las megapensiones. Utilizando el demagógico argumento de proteger a los pobres pensionados del país, los congresistas estaban defendiendo sus futuras pensiones y los privilegios de una minúscula minoría de tan solo 16.500 personas (el 0,7% de los 2,5 millones de pensionados) que hoy reciben un cuantioso subsidio del Estado (es decir de los contribuyentes) porque lo que cotizaron no les alcanza para la elevada pensión que están recibiendo.

Otro recorte que atenta contra la equidad fue la decisión del Senado de no gravar las actividades comerciales de las iglesias, con otro argumento demagógico que era la defensa de la libertad de cultos y de la labor social de las iglesias. Nadie niega que la mayoría de las iglesias adelantan importantes obras en beneficio de las comunidades, sobre todo de las más pobres y marginadas, pero a estas actividades no se les iba a poner ningún impuesto.

Lo que es inexplicable es que no se apruebe que las iglesias tengan el mismo tratamiento de las demás entidades sin ánimo de lucro y ONG que no pagan ningún impuesto si sus excedentes son destinados a obras de beneficio social, pero si deben pagarlos cuando los desvían para fines particulares. Es la mejor forma de controlar los abusos que desafortunadamente existen en algunos casos con lo diezmos y primicias que pagan los fieles. La Cámara si aprobó este tratamiento y pueda ser que en la conciliación se confirme.

Aunque no lograron tumbarlo, en el Congreso si trasquilaron los impuestos a las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados, no solo aplazando su entrada en vigencia sino también excluyendo varios ítems y rebajando el monto del tributo en proporción al contenido de azúcar. Pudo más la presión de los empresarios que la salud de la población.

Un recorte similar se dio en el régimen de zonas francas, en el que la propuesta inicial del gobierno era limitar el beneficio tributario a las empresas que exportaran la mayoría de su producción. El cabildeo en el Congreso logró que todas las empresas mantuvieran el beneficio sobre la parte exportadas, así fuera mínima.

La peluqueada más inexplicable es la del sector minero. Si bien es cierto que la no deducibilidad de las regalías es para todo el sector, el impacto fuerte de esta medida es solo para el petróleo y el carbón, pues el oro, la plata, el cobre y todos los demás minerales pagan regalías irrisorias. Por el contrario, la sobretasa variable que depende de los precios internacionales, solo la pagarán los hidrocarburos mientras que los demás minerales quedaron exentos. Otro triunfo del cabildeo de las empresas.

La peluquería del Congreso no atendió el llamado del ministro Ocampo que siempre estuvo abierto a revisar la reforma, pero esperaba propuestas que compensaran los impuestos eliminados. Solo se hicieron unas dos o tres, y por eso se redujo tanto el monto del recaudo esperado.

AHORA EN Mauricio Cabrera Galvis