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El Papa y el banco central

¿Se puede imaginar a Fidel Castro convocando a representantes de las distintas...

2 de noviembre de 2014 Por: Mauricio Cabrera Galvis

¿Se puede imaginar a Fidel Castro convocando a representantes de las distintas iglesias para debatir en Cuba sobre cómo difundir la religión en el mundo? ¿O al presidente de las centrales sindicales promover un debato sobre cómo aumentar las utilidades de la banca? Sería el mundo al revés y noticia de primera página en todos lo medios, como cuando un hombre muerde a un perro.Ninguna de las dos cosas ha sucedido, pero sí otras dos igual de sorprendentes, que no han merecido ningún despliegue en los medios de comunicación colombianos.El primero, el Encuentro Mundial de Movimientos Populares celebrado en el Vaticano y convocado por el Papa Francisco. Sí, el mismo Papa invitando a los pobres del mundo a la misma ciudad que alberga los vestigios de las inmensas riquezas que en 16 siglos acumuló una Iglesia aliada de los ricos y poderosos. Asistieron campesinos, desplazados, habitantes de los tugurios, trabajadores informales, mujeres discriminadas, es decir representantes de los excluidos y los marginados del mundo entero.El Papa no los invitó a rezar sino para oír la voz de los pobres; pero “los pobres que no solo padecen la injusticia sino que luchan contra ella (…) los pobres que ya no esperan y quieren ser protagonistas, se organizan, reclaman y sobre todo practican esa solidaridad tan especial que existe entre los que sufren”.Frente a ellos planteó que la verdadera Iglesia de Jesús debe practicar esa solidaridad que no son las “estrategias de contención que tranquilicen a los pobres y los conviertan en seres domesticados e inofensivos”, sino que “es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del Imperio del dinero: los desplazamientos forzados, las emigraciones dolorosas, la trata de personas, la droga, la guerra, la violencia y todas esas realidades que muchos de ustedes sufren y que todos estamos llamados a transformar”.Para el Papa los tres temas del Encuentro -techo, tierra y trabajo- son derechos sagrados por los que hay que luchar, y recuerda que esa solidaridad con la causa de los pobres está en el centro del Evangelio, aunque es consciente del rechazo de los sectores reaccionarios de la Iglesia. “Es extraño, dice, pero si hablo de esto para algunos resulta que el Papa es comunista”.El otro evento muy inesperado ocurrió al otro lado del Atlántico, en Boston donde se realizó un seminario sobre la desigualdad y las oportunidades económicas. El tema no es novedoso; por el contrario hace años los académicos lo vienen planteando y los políticos cada vez le dedican mayor atención. Lo sorprendente en este caso fue la expositora: nada menos que Janet Yellen, la presidenta del Banco Central de los Estados Unidos (la FED).“Las dimensiones y el continuo aumento de la desigualdad en los Estados Unidos me preocupa sobremanera” dijo la señora Yellen, “porque esa tendencia no es compatible con los valores esenciales de la historia americana, entre ellos el de la igualdad de oportunidades”.¿Qué hace un banquero central preocupándose por temas distintos a la inflación y la oferta monetaria? ¿No es suficiente que la banca central haya aceptado salir del monetarismo hirsuto para incluir dentro de sus objetivos, así sea de manera secundaria, el crecimiento y el empleo? ¿Por qué tiene que meterse con un tema tan político como es la desigualdad?El inexorable limite de espacio obliga a dejar estas cuestiones para una próxima columna.

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