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¿Bonanza exportadora?

Cuando acabe el ciclo alcista de los precios de las materias primas la crisis externa puede ser profunda

15 de agosto de 2021 Por: Vicky Perea García

¡Repuntaron las exportaciones! Fue el optimista anuncio oficial al conocerse que en el primer semestre del año los ingresos por ventas al exterior fueron US$18.000 millones con un crecimiento de 19% frente al año anterior. Más optimista aún porque fue mayor el crecimiento de los productos no tradicionales (22,5%), que llegaron a US$7000 millones.

No hay duda que es una buena noticia frente al gran desequilibrio que generó la apertura hacia adentro en nuestro comercio exterior, y porque ayuda al crecimiento del PIB. Sin embargo hay que tomarlo con beneficio de inventario y desmenuzar las cifras porque hay varios hechos preocupantes.

El primero es que el aumento de los ingresos no se debe a un aumento de la producción, que por el contrario disminuyó, sino al aumento de los precios de las materias primas en los mercados internacionales. En efecto, el volumen de exportaciones, medido en toneladas métricas, disminuyó 29,5%, principalmente por el petróleo pues se exportaron 20% menos de barriles de crudo, mientras que el valor recibido aumentó 36%.

El caso de las exportaciones no tradicionales es menos grave porque el volumen exportado sí registró un pequeño aumento de 4%, aunque hay casos como el del aceite de palma que cayó en volumen 29%, pero subió en valor 14%.

El segundo, es que la recuperación de las exportaciones todavía no es completa, en la medida en que el volumen exportado total este año todavía es inferior en un 24% al efectuado en 2019 antes de la pandemia. De nuevo la diferencia es menor en las exportaciones no tradicionales, pero de todas maneras están 6% por debajo de las de 2019.

El tercero es que las importaciones están creciendo todavía más, de manera que se ha aumentado el déficit de la balanza comercial. En el semestre las compras al exterior llegaron a US$25.000 millones, con un crecimiento del 28,4%, de manera que el balance comercial es negativo en US$7.000 millones, nivel que no se registraba desde el 2015 cuando el derrumbe de los precios del petróleo. Cuando acabe el ciclo alcista de los precios de las materias primas la crisis externa puede ser profunda.

A pesar de que la producción no ha crecido sí hay un impacto positivo sobre el PIB, pero es por el lado de la demanda, no de la oferta. El boom de los precios internacionales beneficia a los productores nacionales que tienen más plata en los bolsillos para comprar más bienes y servicios, lo que aumenta las ventas de las empresas y su producción.

El caso más representativo es el del café. Con precio internacional por encima de 2 dólares la libra, que no se veía desde hace años, las exportaciones han llegado a US$1233 millones, con un aumento del 14%, a pesar de que se han vendido al exterior 2,1% menos sacos de café.

El impacto sobre el mercado interno es enorme. El precio interno de la carga de 125 kilos está cerca de los $2 millones, el doble que el año pasado, lo que significa que 500.000 familias que viven del grano han duplicado sus ingresos y su capacidad de consumo. Más que la reapertura de la economía después del confinamiento, el mayor gasto de los cafeteros y otros exportadores es una de las razones no divulgadas de la aceleración del crecimiento.

AHORA EN Mauricio Cabrera Galvis