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Ataque a los sindicatos

El título de esta columna no tiene relación con el oso que...

27 de febrero de 2011 Por: Mauricio Cabrera Galvis

El título de esta columna no tiene relación con el oso que hicieron los dirigentes gremiales colombianos tratando de protestar contra el papel activo que en las decisiones oficiales está teniendo un antiguo dirigente sindical, hasta que se dieron cuenta que el Vicepresidente tenía todo el respaldo del propio Presidente. El ataque al que me refiero es de más grandes proporciones y está sucediendo en los Estados Unidos.Allá, en el estado de Wisconsin, un gobernador del ala ultraconservadora del Partido Republicano está tratando de acabar con los sindicatos de empleados públicos que agrupan maestros, bomberos, y otros trabajadores de la clase media norteamericana, lo que ha generado una masiva protesta popular nunca antes vista en la ciudad de Madison, capital de ese Estado.El instrumento para golpear a los sindicatos es un proyecto de ley que les quita a los trabajadores el derecho a la negociación colectiva, limita los aumentos salariales a la inflación y prohíbe a los sindicatos recaudar fondos para las campañas políticas. No es extraño que con la usual doble moral de los republicanos, estas limitaciones son más estrictas para los sindicatos liberales que apoyan al Partido Demócrata.El pretexto para tratar de aprobar esa reaccionaria ley es el déficit fiscal que en Wisconsin como en todos los Estados se ha incrementado con la caída de ingresos fiscales que produjo la gran recesión de los últimos años. Pero como dentro de la ideología conservadora los culpables del déficit son los salarios de los empleados públicos, la solución propuesta es reducirlos y aprovechar la ocasión para acabar con los sindicatos. Leyes similares se están proponiendo en otros estados con gobernadores republicanos como New Jersey, Ohio o Indiana.Pero el problema no es de plata. De hecho en Wisconsin los sindicatos han aceptado recortes en los salarios de los trabajadores, y dedicar un 6% de sus salarios a aumentar los aportes a los fondos de pensiones. Por su parte la preocupación real de gobernador no son las finanzas de su Estado porque al mismo tiempo está proponiendo recortes de impuestos para los más ricos que aumentarán el déficit. Como dice un editorial del New York Times, “el discurso republicano de reducir el déficit es sólo la pantalla para el propósito real de masacrar la fuerza política de los trabajadores de clase media que apoyan al Partido Demócrata y son un obstáculo para su agenda conservadora”.También dice el Times que el gobernador de Wisconsin y otros políticos republicanos que impulsan esta estrategia antisindical son financiados por generosos aportes de multimillonarios conservadores interesados en debilitar las fuerzas liberales que se oponen a su dominio total de la economía. Se trata pues de una pelea política.El premio Nobel de economía, Paul Krugman, dice que el predominio de esta agenda conservadora está minando la democracia en los Estados Unidos y convirtiendo ese país en una oligarquía tercermundista. No porque los multimillonarios influyan en la política, pues también tienen derecho a hacerlo, ni porque los sindicatos siempre tengan la razón, sino porque en una democracia real se necesitan instituciones fuertes que puede hacer contrapeso a la influencia del gran capital, y una de estas son lo sindicatos que representan los intereses de los trabajadores de clase media.Krugman ha mostrado en sus libros la impresionante concentración del ingreso y la riqueza que se ha dado en Estados Unidos desde 1980, y atribuya que su país se haya vuelto más oligárquico y menos democrático en este período al debilitamiento de los sindicatos.Hasta ahora los trabajadores de Wisconsin han tenido un impresionante apoyo popular. Pero para que lo mantengan, allá y también acá en Colombia, los sindicatos tienen que demostrar que miran más allá de los intereses particulares de sus afiliados y que son verdaderos defensores del interés público.

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