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Acabar con la reelección

Es una lástima que haya abortado antes de ser debatida la propuesta...

28 de abril de 2013 Por: Mauricio Cabrera Galvis

Es una lástima que haya abortado antes de ser debatida la propuesta del presidente Santos de acabar con la reelección presidencial y extender a 6 años el período presidencial, aunque si es muy positivo que también haya sido enterrada la propuesta de ampliar el período de alcaldes y gobernadores.Las reelecciones en Colombia nunca han sido buenas. En el Siglo XIX las reelecciones del general Mosquera y de Rafael Núñez terminaron en abdicaciones del poder y desembocaron en feroces guerras civiles; el general Reyes tuvo que dejar el poder después de ser reelegido a principios del Siglo XX, y lo mismo le pasó a López Pumarejo, aunque su reelección no fue inmediata sino después de la presidencia de Eduardo Santos.Con esos antecedentes históricos es lógico que los constituyentes del 91 hubieran prohibido la reelección, inclusive la no inmediata, y diseñaran un esquema institucional con pesos y contrapesos que solo podía funcionar si los mandatarios elegidos no podían usar los privilegios y el poder de su posición para hacer campaña en beneficio propio, En el 91 se les pasó por alto incluir dentro de esta prohibición al Procurador y ahora estamos pagando las consecuencias.El riesgo de que un presidente en ejercicio utilice todo el poder del Estado para su campaña como candidato, y descuide su obligación de gobernar es tan grande y obvio, que hasta el expresidente trinador cuando era candidato en el 2002 pronosticó la corrupción que vendría en su gobierno cuando hizo la promesa incumplida de no buscar su reelección diciendo que “La reelección inmediata no me convence, porque entonces se puede poner el gobierno a buscarla”.El pronóstico se cumplió y se llegó a uno de los mayores casos de corrupción de la historia reciente colombiana: el cambio de reglas de juego en la mitad del partido con la compra de votos en el Congreso utilizando todos los medios legales e ilegales para cambiar “un articulito” de la Constitución en beneficio propio. Su ambición de poder es tan grande que quiso hacerlo por segunda vez con el intento de referendo, pero para fortuna del país la Corte Constitucional frenó ese atropello a las instituciones democráticas.Pero hay que despersonalizar este debate; no se trata de argumentos sobre las cualidades o defectos de un presidente en particular sino sobre las nefastas consecuencias políticas e institucionales de la figura de la reelección en el marco real del Estado colombiano.Por eso es necesario volver a la Constitución del 91 y prohibir totalmente la reelección de todos los funcionarios públicos, Por eso es un gran avance que sea el propio del presidente Santos quien retome esta propuesta, que ya había sido planteada desde diversas orillas del espectro político. Como contrapartida de esta reforma propuso ampliar el período presidencial a 6 años; es un cambio conveniente, pero personalmente creo que bastan períodos de 5 años.La propuesta de Santos fue malinterpretada, porque se tergiversó como si él estuviera queriendo cambiar la Constitución en beneficio propio, como su antecesor, y extender automáticamente su período a 6 años. De hecho, él rechazó de manera explícita esa posibilidad y lo que planteó es que si se presentaba a la reelección, a lo que hoy tiene derecho, renunciaría a 2 años de su próximo período y de ahí en adelante se volvería a prohibir la reelección de un presidente en ejercicio.Es una propuesta sensata. Por ahora quedó enterrada, pero si Santos se presenta a la reelección tiene toda la posibilidad de revivirla en el 2014.

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