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¿Y los proveedores qué?

Pero como la necesidad tiene cara de perro, ahí seguían porque no tenían otra alternativa y confiaban en que ahí estaba don Jaime Cardona que hacia malabares para que bien que mal les cumplieran con el pago. Doloroso decirlo pero es la verdad.

20 de septiembre de 2021 Por: Mario Fernando Prado

En los ríos de tinta que han corrido en torno a la salvación de La 14 y que ya entró en una etapa de no retorno, no se han tenido en cuenta a quienes consolidaron aquello de ‘El mejor surtido a los mejores precios’ o sea los casi dos mil proveedores a los que se les compraba barato, se les devolvía mucha mercancía y se les demoraban en pagar hasta 180 días, porque si no, no les volvían a comprar más, viviendo presionados con unas facturas que se amarillaban en unas cuentas por pagar que dormían el sueño de los justos.

Así las cosas y en muchas oportunidades en La 14 no trabajaban ‘con la plata del míster’ si no con la plata de los proveedores a los que asfixiaban y sometían a unos descuentos por pronto pago en los que se les iban sus utilidades y algo más.

Pero como la necesidad tiene cara de perro, ahí seguían porque no tenían otra alternativa y confiaban en que ahí estaba don Jaime Cardona que hacia malabares para que bien que mal les cumplieran con el pago. Doloroso decirlo pero es la verdad.

Sin embargo y muerta la cabeza, comenzó la debacle. Administradores que más parecían empleados de los bancos y que se hicieron los de la vista gorda cuando se empezaron a repartir entre los socios la platica que iba sobrando que les permitió los lujos y excesos que hoy disfrutan mientras el rancho estaba ardiendo, son en buena parte los responsables de esta vergonzosa quiebra.

Y ahora cuando la liquidación se vino encima, ese millar multiplicado por dos, de los proveedores que le pusieron el pecho a la brisa, están a punto de perderlo todo y me explico: el dinero que entre de la liquidación será primero para pagar las obligaciones con el estado, segundo para los empleados, tercero para quienes tengan garantías reales y lo que finalmente sobre será para esos pequeños proveedores que solo cuentan con unas facturas que a la hora de la verdad no sirven para nada.

De acuerdo. Es muy triste lo que ha sucedido y me apena mucho esta situación, pero quienes debieran responder -insisto- quedaron organizados y han hecho que los pasivos valgan más que los activos. Y así como los grandes proveedores tienen el músculo para darse la pela, quienes suministraban las ‘cositas’ que hacían la diferencia para que allí se consiguiera de todo, quedaron en la inmunda e insisto, ya no está papá Jaime para ir a llorarle, ni ninguno de sus parientes más cercanos.

Así las cosas, lo que se viene es peor que la tal liquidación: por una parte miles de empleados se quedarán en la calle aumentando los brazos cruzados que pululan por estos días y a quienes les pagarán el día de san blando que no tiene cuando -si es que la platica alcanza-. Y por otra, los tantas veces mencionados proveedores que no tendrán protección estatal alguna.

Dicen por ahí que ya va a aparecer un gran inversionista cargado de millones de euros que va a revivir el muerto o que otras grandes superficies están esperando que se llegue al límite para, aprovechándose de la situación, comprar a huevo, como suele suceder. Pero los milagros andan escasísimos por estos días y todo parece indicar que esos salvadores no van a aparecer.

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