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Polvo triste (2)

Polvo Triste ha decidido sacudirse de esa vida taciturna y monótona que ha llevado siempre

4 de diciembre de 2017 Por: Mario Fernando Prado

Polvo Triste ha decidido sacudirse de esa vida taciturna y monótona que ha llevado siempre. Además, trascendió ese espantoso remoquete que le tiene avergonzado, convertido en rey de burlas hasta por sus propios amigos que lo ridiculizan por doquier.

Incluso su propia esposa, a quien ya llaman ‘Piedra Alegre’, no puede ocultar su desazón y malestar ante tanta mofa que hacen de su pobre maridito señalado en medio de picaronas sonrisas de inocultable perversidad.

Por eso Polvo Triste, y ante tanta adversidad, optó pues por entretenerse sacudiéndose de la maledicencia y concluyó que la cura para su mal sería enamorar jovencitas que podrían ser sus nietas, así se convirtiera en un viejo verde o en un atracacunas para más señas.

Así las cosas y valiéndose de catálogos que circulan por internet escogió dentro de un menú promocionado con fotos e incluso con vídeos por demás descriptivos, un abanico de posibilidades, seguro que así se acabarían sus tristezas y congojas.

Con una paciencia jobiana se dedicó entonces a analizar una a una de las aspirantes, seguro que por fin dejaría ese rictus de artículo mortis que estaba minando su existencia.

La selección final de Polvo Triste recayó en una primorosa jovencita, universitaria ella que aseguraba ser católica, apostólica y romana –tal como él la quería- a quien convidó para conocerla a una copa de helados en el Ventolini más cercano.

Allí llegó en un uber luciendo unos anteojos negros y una avejentadora boina para evitar ser reconocido y esperó la aparición de la medicina para su sufrimiento moral y espiritual.

No tardó mucho en llegar. Se movilizaba en una simpática motico eléctrica en la cual introdujo su casco y su chaqueta.

La entrada de semejante ‘bomboncito’ alertó a la clientela que le clavó los ojos mientras esperaba en que mesa iba a parar.

Polvo Triste entonces le hizo una picarona seña que ella entendió perfectamente y luego de un saludo muy frío, procedió a sentarse frente a su cliente, el cual y lejos de ir al grano, se dedicó a contarle quién era y a mostrarle fotos de su familia en especial de su esposa.

La chica -bastante incómoda- le instó a hablar del negocio y le puntualizó las cosas pan pan, vino vino, indicándole lugar, fecha, hora, tarifa, lo que incluía y lo que no incluía.

Polvo Triste -aterrado- exhaló un suspiro que se convirtió en un gemido que se oyó en todo el establecimiento.

Se llevó entonces la mano a la parte izquierda de su pecho y cayó sobre la copa de helados que había ordenado, lo que produjo que la muchachona, ni corta ni perezosa, se levantara y saliera despedida del establecimiento.

Polvo Triste fue trasladado en ambulancia al centro de salud más cercano en donde se debate entre la vida y la muerte sin ocultar una ligera sonrisa y un rictus que hace pensar que está curado pero... de espanto.

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