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La papaya de Armitage

Uno de los muchos y grandes problemas que tienen la redes sociales es que descontextualizan las informaciones al tener la capacidad de editar textos, audios y videos logrando que ese material se viralice y se convierta en bolas de nieve imposibles de parar.

25 de abril de 2017 Por: Mario Fernando Prado

Uno de los muchos y grandes problemas que tienen la redes sociales es que descontextualizan las informaciones al tener la capacidad de editar textos, audios y videos logrando que ese material se viralice y se convierta en bolas de nieve imposibles de parar.

Así ha sucedido con el episodio del ‘no dar papaya’ como fórmula para combatir la inseguridad en nuestra ciudad, y que se le atribuye al alcalde Armitage.

Pues les quiero decir que escuché en vivo y en directo las declaraciones del burgomaestre y en ningún momento eso fue lo único -ojo- que expresó sobre el particular. El reportero que le tomó las declaraciones le preguntó acerca del tema y el alcalde, entre otras cosas y en la parte final de su respuesta, recomendó a los caleños no dar papaya.

Y como aquí, papaya servida, papaya comida, se eligió sólo ese pedazo -como si hubiera sido lo único que hubiera expresado- y se la montaron. ¿Quiénes? Los enemigos que nunca faltan y que están agazapados fungiendo de líderes de opinión, que le han dado manivela al tema para desprestigiarle, y habilidosamente, hacer que mucho incauto arme un novelón con el tema.

Si bien el alcalde tiene una forma de decir las cosas muy a su manera y a veces se le va la lengua, en este caso manifestó algo en lo que una gran mayoría está de acuerdo: en ser precavidos en los lugares públicos de alta peligrosidad o en sectores solitarios que hacen propicia la oportunidad para los ladrones.

Lo que recomendó fue el transitar a la defensiva y tomar medidas tan elementales como procurar no hablar por celular, ni en la calle ni en el carro, cuando hay indicios de que pueden existir raponeros merodeando el lugar, o no dejar objetos de valor a la vista en el vehículo, o no lucir joyas y relojes tentadores para los amigos de lo ajeno, etcétera, etcétera. Es decir, no dar papaya.

Tales medidas preventivas en ningún momento reemplazan la labor de las autoridades en inteligencia y presencia, ni las acciones que el Municipio está obligado a realizar para garantizar la seguridad de los ciudadanos, pero -repito- también todos tenemos que poner de nuestra parte y andar pilos, alertas y ojo avizores.

Por ello decir y repetir que el alcalde le echó la culpa a la papaya que dan los caleños, es falaz y perverso, y de allí se han prendido quienes le viven poniendo zancadillas para descalificar y caricaturizar su gestión.

Creo que es mucho lo que criticamos y poco lo que aportamos. Nadie dice que no se comenten, señalen, denuncien y critiquen los lunares de la administración que tampoco pretende un unanimismo general, pero sí que no se le monten peliculones con base a textos editados malsanamente.

Mejor sería que esas personas que andan perdiendo su tiempo repitiendo cual cotorras lo que es y lo que no es, aportarán su granito de arena para hacer de Cali una ciudad unida y comprometida con su bienestar.

PD: Y a propósito, de acuerdo con la ampliación del pico y placa y más aún con imponerla también para las motos, tal como sucede en otra ciudades. Ojalá que esta iniciativa salga adelante rápidamente.

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