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¿Y ahora qué?

Por esta razón, surgió Compromiso Valle, una iniciativa basada en la escucha activa y la construcción colectiva que reúne ciudadanos, empresas de todos los tamaños y fundaciones, para aportar a la solución de los grandes retos sociales del Valle del Cauca.

22 de junio de 2021 Por: María Isabel Ulloa

Duele profundamente recorrer Cali. Ver las calles sin semáforos, los carriles exclusivos del MÍO por los que transitan carros particulares, motos en contravía, estaciones del sistema masivo destruidas por ataques vandálicos, 18 buses incinerados y cerca de 87 con afectaciones.
Almacenes, bancos, residencias con barreras de protección en sus ventanales y puertas. Son muchas las cicatrices visibles en nuestra ciudad herida.

No quiero hablar más sobre las razones del reclamo social, desde mi punto de vista justificable. Sin embargo, considero que el único error que no podemos cometer ahora es el de no plantear soluciones y el de no luchar por reconciliar y recuperar física y socialmente la ciudad y la región. Son muchos los frentes de trabajo a activar para avanzar en ese sentido. La crisis es evidente y como sociedad debemos tomar acciones concretas.

Por esta razón, surgió Compromiso Valle, una iniciativa basada en la escucha activa y la construcción colectiva que reúne ciudadanos, empresas de todos los tamaños y fundaciones, para aportar a la solución de los grandes retos sociales del Valle del Cauca.

La iniciativa articulada por ProPacífico y que prioriza 6 líneas de acción y articula más de 15 programas de impacto social, llegará directamente a siete ciudades del departamento y espera beneficiar a 30 mil ciudadanos en situación de vulnerabilidad y sus familias. Compromiso Valle está más firme que nunca y desde el viernes pasado arrancó con la ampliación de comedores comunitarios. Y este es sólo el comienzo.

Los actores del sector privado y los ciudadanos podemos hacer un aporte, una contribución, pero las grandes responsabilidades recaen sin duda en los actores públicos. Un primer paso en el caso de Cali, es la recuperación de la movilidad, de los bienes y del espacio público.
También se deben fortalecer iniciativas de impacto social como los comedores comunitarios, la transferencia de recursos condicionada a la participación en procesos de formación y la apertura y ampliación de cobertura de las Unidades de Transformación Social (UTS). Además, se debe abrir la alternancia en la educación e incentivar la ejecución de obras públicas locales para favorecer la empleabilidad.

Con relación al MÍO, es urgente recuperar sus estaciones y terminales, y al mismo tiempo aumentar la oferta de rutas de tal forma que se pueda garantizar un servicio de movilidad de calidad, oportuno y a un precio justo para los habitantes de Cali. De igual forma, se deben garantizar las medidas de seguridad para que no se repitan estos actos que atentan no solo contra la infraestructura, sino también contra la vida de los pasajeros y conductores. Es de suma urgencia, por los riesgos en la accidentalidad y orden en el tránsito, la recuperación total de la red semafórica en las troncales del MÍO y en las demás intersecciones de la ciudad.

De otro lado, no se pueden perder de vista los grandes proyectos de infraestructura exclusiva para el MÍO, como lo es la troncal oriental con sus tres tramos. Este es un proyecto de gran valor estratégico para brindar un mejor servicio a los habitantes de la zona oriental de Cali, generar mayor sostenibilidad financiera para el sistema al agregarle mayor demanda, y es clave para la generación de empleos.

Necesitamos recuperar nuestra ciudad. La restauración es necesaria y fundamental para el proceso de reconciliación y retorno de la confianza.
Debemos ponernos de inmediato manos a la obra.
Sigue en Twitter @MariaIUlloa