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¿Nos dejó el tren?

Durante las dos administraciones de Uribe se habló mucho de fortalecer nuestros...

29 de noviembre de 2010 Por: María Eugenia Lloreda

Durante las dos administraciones de Uribe se habló mucho de fortalecer nuestros lazos comerciales con el Asia-Pacífico, particularmente con la China, pero poco se avanzó. Colombia continúa siendo uno de los países de América Latina con la penetración más baja en dicho mercado. En el año 2009, el total exportado por Colombia hacia China sólo llegó a US$950 millones (3% de nuestro mercado exportador), mientras Brasil le exportó US$20.190 millones (13% de su mercado exportador), Chile US$11.890 millones (22%) y Perú unos US$4.000 millones (15%). Triste realidad si se considera que de estos países, Colombia tiene el puerto más cercano a la China. El nuevo Gobierno tiene también dentro de sus metas profundizar nuestra relación económica con la China, por lo cual está impulsando las exportaciones de recursos naturales, la firma de un acuerdo de libre comercio y el ingreso al Foro de Cooperación Económica del Asia–Pacífico (APEC). Buenas iniciativas, pero insuficientes si Colombia quiere sacar verdadero provecho de la relación con la China. La modernización de la infraestructura portuaria y ferroviaria, y políticas estables y coherentes para la atracción de inversión extranjera, son factores fundamentales para que la relación con la China no se limite a la exportación de hidrocarburos y materias primas. La profundización del calado del Puerto de Buenaventura es un imperativo. Buenaventura tiene hoy un calado de sólo 10 m, pero los barcos transpacíficos procedentes de Asia (tipo post-panamax) requieren al menos 13 m. Ello implica -por increíble que parezca- tener que atender al Asia por el Atlántico. El dragado del Puerto es urgente, y no sólo hasta 13 m, sino incluso hasta 15-16 m, como lo están haciendo Perú y Chile. Por otra parte, la construcción de ferrocarriles para conectar el Atlántico con el Pacífico y a Buenaventura con el resto del país, es fundamental. Inversionistas chinos están interesados en construirlos, sólo falta que el Gobierno Nacional lo viabilice. Con relación a la atracción de inversiones, Colombia, particularmente el Valle, podría ser la plataforma exportadora de empresas chinas hacia la cuenca del Pacífico americano. La mayoría de los productos chinos entran con altos aranceles a los EE.UU., pues no tienen preferencias comerciales. Colombia por el contrario cuenta con tarifas preferenciales unilaterales para entrar al mercado de ese país, las cuales pueden ser aprovechadas por los chinos para establecer sus empresas en el Valle y exportar a los EE.UU. con bajos aranceles. Ellos ganan en competitividad y precio, y nosotros en empleos y transferencia de tecnología. Sin embargo, para lograr convertirnos en la plataforma exportadora de inversionistas chinos, se necesita una política nacional coherente que facilite la operación de los mecanismos de exención tributaria, como son las zonas francas, y propugne por una apertura comercial basada en acuerdos de libre comercio que no amenacen sectores con potencial de inversión asiática, como es el sector automotriz. Sector que se puede ver seriamente golpeado por el acuerdo con Corea que está siendo actualmente negociado. No podemos permitir que nos deje el tren. Gracias a China y al Asia-Pacífico, economías como la chilena y la peruana han alcanzado crecimientos extraordinarios en los últimos años. Si nuestro país quiere crecer por encima del 4% en la próxima década, requisito fundamental para lograr desarrollarse, el Gobierno Nacional debe reconocer que el Valle es la puerta de Colombia hacia el Pacífico y trabajar por su desarrollo exportador y potencial en materia de inversión.