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El arte de enseñar

Una cifra alarmante refleja lo mal que estamos en Colombia en la...

24 de enero de 2014 Por: María Elvira Bonilla

Una cifra alarmante refleja lo mal que estamos en Colombia en la perspectiva de lograr avanzar con pasos firmes como sociedad. Cada soldado le cuesta al Estado 57,9 millones de pesos anuales, mientras invierte solamente 3,7 millones en cada estudiante de universidad pública, es decir quince veces menos. Estadísticas como estas son la explicación de por qué Colombia no logra dar el salto hacia el futuro, estancados en un conflicto estéril que absorbe presupuesto y destruye vidas humanas. Datos que desmoralizan porque está claro que la mejor inversión de cualquier sociedad es la educación. Es el verdadero factor de transformación que abre oportunidades y permite avanzar con equidad. Las últimas estadísticas muestran que los avances continuados en materia de cobertura en el país están lejos de consolidarse y que el abismo hacia la calidad es mayúsculo. Ejercicios pedagógicos de avanzada, que enfatizan en lo cualitativo de la docencia, siguen sin asomarse al país. Me refiero por ejemplo al caso del profesor Michael Sandel, quien se ha convertido en el profesor estrella de la Universidad de Harvard en Estados Unidos, cuya manera de enseñar está incluso consignada en videos en Youtube, con 3,5 millones de clicks. La cátedra que dicta el profesor Sandel le viene como anillo al dedo a las urgencias de Colombia. Se titula Justicia: ¿cómo debo actuar correctamente? Es impactante ver el desconcierto de los alumnos quienes copan semanalmente el auditorio, frente a preguntas que se refieren a la vida cotidiana, sin duda sencillas de responder si tuvieran interiorizados los valores y no estuvieran bombardeados por la confusión contemporánea. En el fondo sus preguntas siempre conducen a reflexiones éticas. Sandel les pregunta con el objeto de estimular el diálogo, mientras se desplaza con libertad y espontaneidad frente a ellos: ¿Qué es actuar bien? ¿Es siempre bueno decir la verdad? ¿Puede que a veces el asesinato sea moralmente necesario? ¿Hacemos lo que debemos? ¿El mercado es justo? ¿Es posible comprarlo todo?La discusión en torno a este último interrogante fue tan rica que dio para construir el libro Lo que el dinero no puede comprar, donde plantea los límites morales del mercado, cuya dinámica desbocada es la madre de la creciente desigualdad y corrupción. Asociados a este crucial tema, el profesor Sandel les lanza a los jóvenes estudiantes provocadoras preguntas que tendrían toda la pertinencia en Colombia: ¿Por qué me salto la cola? ¿Por qué adquiero boletas revendidas? ¿Por qué pago propinas disimuladas para conseguir sitio en el restaurante o en el concierto o para que me atiendan mejor? ¿Por qué pago por la tarjeta militar? ¿Por que le doy unos pesos al compañero para que me deje copiar en el examen y obtener buena nota? ¿Por qué soborno al policía para que no me imponga la multa? Este ejercicio pedagógico no es otra cosa que la actualización del método Socrático de aprendizaje, que contrasta con cualquier enseñanza pasiva, usualmente autoritaria en la que el maestro es el que sabe, habla y el alumno apunta. Los estudiantes terminan cuestionando su propio comportamiento y cambiando actitudes. Cualquier inversión para lograr una multiplicación de maestros al estilo del profesor Sandel, seria poca y contribuiría seriamente al desarrollo del país.