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¡Ay!, los jóvenes

Los entusiastas seguidores de Bernie Sanders, en su inmensa mayoría jóvenes llenos de energía, terminaron fallándole a la hora de salir a votar por él.

12 de marzo de 2020 Por: María Elvira Bonilla

Los entusiastas seguidores de Bernie Sanders, en su inmensa mayoría jóvenes llenos de energía, terminaron fallándole a la hora de salir a votar por él como la opción para ser el candidato del Partido Demócrata frente a Joe Biden. La última derrota de Sanders fue en Michigan, donde se impuso el exvicepresidente, un Estado con un importante peso de población universitaria que en las encuestas mostraba la balanza en favor de Sanders. Igual sucedió en Colombia en las elecciones presidenciales del 2010, cuando la vigorosa Ola Verde que respaldaba a Antanas Mockus se marchitó a la hora de contar en las urnas a sus principalmente jóvenes integrantes y Juan Manuel Santos, el candidato de Uribe en ese momento, terminó imponiéndose.

Es un patrón de comportamiento muy repetido entre los llamados millennials en el que prima el entusiasmo por lo inmediato, acompañado de ruido, graffitis, memes, marchas y mensajes compartidos en redes sociales. Un entusiasmo que se esfuma pronto, volátil e inconsistente, que cambia con facilidad al ritmo de la moda y de las circunstancias. A la final pareciera que se impone el desencanto y el aburrimiento.

Este comportamiento lo reafirma el ambicioso estudio ‘Qué piensan, sienten y quieren los jóvenes en Colombia’, que lideró la Universidad del Rosario, elaborado por Cifras y Conceptos que cubrió diez ciudades y fue apoyado por varias entidades. Se ocupa no solo del aspecto racional sino del emocional que en esta generación pesa. Indagan también sobre qué están dispuestos a hacer para mejorar su situación y la del país. El 81% señaló que a denunciar, el 78% a asociarse en defensa de los animales, el 77% a hacer trabajos de voluntariado, el 65% a realizar donaciones a personas u organizaciones y el 55% preparado para salir a protestar.

Impacta que solo el 36% quieran participar en política. Solo el 30% piensa en la pensión y ni se les ocurre tener que pagar impuestos, el 13% tiene en su radar esta obligación.

La credibilidad en las instituciones está por el suelo. El primer lugar lo ocupan las universidades públicas (73%) por encima de las privadas (62%) y le siguen con 55% las fundaciones. Después están las FF.MM. (40%), la Iglesia y las alcaldías. Por debajo del 20% están los jueces (19%), la Presidencia (13 %), teniendo un presidente joven ,y el Congreso (12 %).

El estudio muestra la génesis del apoyo masivo a las protestas y los cacerolazos de final del año pasado. El descontento con el actual gobierno y la situación del país movilizó al 60%.

Su emoción predilecta es la alegría, no hablan mucho del amor ni piensan en matrimonio como plan central. El 49% prefieren las mascotas a los hijos (36%), aunque paradójicamente se refugian en las familias para resolver los problemas (80%).

Crisis globales como la que se está viviendo con la expansión del coronavirus, que además de la amenaza que significa para la salud ha sido potencializado por la comunicación masiva de mensajes ciertos y falsos que alimentan un miedo creciente -primera pandemia en tiempos de redes sociales-, les dan más argumentos para mirarse el ombligo y vivir el momento. Pero esta vez no son solo los jóvenes, sino todos, los que estamos enfrentados a la vulnerabilidad del mundo en el que vivimos y la insoportable sensación de impotencia.

Sigue en Twitter @elvira_bonilla