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Las FF.AA. en acuerdos de paz

En innumerables procesos de paz que se han llevado a...

11 de marzo de 2015 Por: Marcos Peckel

En innumerables procesos de paz que se han llevado a cabo a lo largo y ancho del planeta desde el final de la guerra fría entre Estados y actores no estatales, el tema de las Fuerzas Armadas -FF.AA.- ha ocupado un lugar central, siendo variadas las opciones que se ventilan: un “borrón y cuenta nueva”, en el que se refunda de cero la institución armada del Estado, la creación de zonas que quedan en poder exclusivo de los otrora insurgentes, la fusión de unidades de una y otra fuerza o simples cambios cosméticos. Entre las variables determinantes al momento de negociar el tema de las FF.AA. están el estado del conflicto en el terreno y la legitimidad y apoyo popular del que gozan las partes. Durante la segunda mitad del siglo pasado el triángulo norte de Centroamérica estuvo plagado de represivas dictaduras militares que enfrentaron insurgencias armadas. En Nicaragua los Sandinistas derrocaron a Somoza, mientras que en Guatemala y El Salvador se lograron acuerdos de paz entre las partes. En El Salvador había un equilibrio de fuerzas. El Frente Farabundo Martí –FMLN-, que contaba con amplio apoyo y legitimidad, controlaba medio país, la guerra había llegado a un estancamiento de posiciones y las Fuerzas Armadas estaban altamente desprestigiadas por crasas violaciones a los derechos humanos. En Guatemala la situación fue diferente. Los varios grupos insurgentes que se habían levantado en armas no mantuvieron una continuidad en la lucha, sufrieron duros golpes de manos de las fuerzas armadas, no lograron conectarse con la población y hubo largos periodos donde sus operaciones se redujeron a secuestros y sabotaje. Las Fuerzas armadas guatemaltecas por su parte habían cometido indescriptibles crímenes de guerra.Por lo anterior el tema de las Fuerzas Armadas en las negociaciones tuvo diferente evolución en ambos países.En los acuerdos de Chapultepec que pusieron fin a la guerra civil de El Salvador, el ítem sobre las FF.AA. abarca la doctrina militar, educación, purgas, reducción de la Fuerza, fin de la impunidad, sumisión a la autoridad civil, verificación internacional y reforma constitucional sobre el rol de las FF.AA. (Viviana García Pinzón: “Reformas al sector Seguridad en Centroamérica…”). En términos prácticos las medidas tomadas fueron docenas de oficiales purgados, reducción del ejército en un 50%, disolución de la Dirección Nacional de Inteligencia, reemplazada por una agencia civil, desmovilización de varias brigadas y de las fuerzas policiales y la creación de una Policía Nacional Civil la cual debía incluir 20% de guerrilleros, 20% de militares y 60% de nuevos reclutas dentro de la población civil no combatiente. Como consecuencia de los acuerdos en Guatemala, Las FF.AA. no sufrieron mayores cambios en su estructura, quizás debido a que su situación militar no era tan precaria como en el Salvador y los cambios se redujeron a una redefinición del rol: “defender la soberanía y la integridad territorial”. No hubo mayores purgas ni reducción de tamaño pero se desmovilizaron de manera inmediata las fuerzas paramilitares creadas por la misma institución armada. El proceso de paz colombiano en lo referente a las Fuerzas Armadas tendrá que considerar entre otras, la situación militar en el terreno ampliamente favorable al Estado, el desprestigio de la guerrilla por las atrocidades, secuestros y participación en el narcotráfico, la sustancial mejoría en los últimos años en el record de Derechos Humanos de las FF.AA. colombianas y el prestigio del que estas gozan. Las Farc llegan con una mano floja mientras que las FF.AA. tienen un póker de ases.