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Aviones como armas

Al momento de escribir estas líneas el primer ministro de Malasia, Najib...

26 de marzo de 2014 Por: Marcos Peckel

Al momento de escribir estas líneas el primer ministro de Malasia, Najib Abdul Razak, ya informó que el B777 del vuelo MH370 se estrelló en algún lugar del Océano Índigo sin dejar sobrevivientes. Esto con base en pruebas del satélite inglés Imarsat, que familiares y algunos observadores consideran insuficientes para establecer la suerte final del malogrado vuelo. Por la forma en que el avión parece haberse desviado abruptamente de su ruta original hacia Pekín y terminar en algún remoto lugar al sur de Australia, podría tratarse de un secuestro con algún fin indeterminado. A menos que autoridades y fabricantes estén tratando de encubrir lo que podría ser una masiva falla mecánica de la aeronave. Desde hace décadas los aviones comerciales se han convertido en armas para diversos objetivos, ya sea para canjear pasajeros por prisioneros, efectos propagandísticos de alguna causa política, escapar de un país para solicitar asilo en otro, hacerse a algún botín económico, ser convertidos en misiles para impactar objetivos de alto valor simbólico o comercial como en Septiembre 11, o servir de herramienta para pilotos suicidas. Aunque el primer secuestro conocido de un avión comercial ocurrió en 1932 en Perú, fue en las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado cuando más aviones fueron víctimas de ese flagelo. En nuestro país hicieron carrera los secuestros de aviones a Cuba, el primero de los cuales ocurrió en 1967, isla donde los secuestradores solicitaban asilo. El último incidente en Colombia fue el secuestro por la guerrilla del ELN del Fokker 50 de Avianca, aterrizado en una pista clandestina en Bolívar tras lo cual varios de sus pasajeros fueron canjeados por rescate monetario.En el mundo fueron organizaciones palestinas las que más aeronaves secuestraron. El episodio más largo ocurrió en 1968, cuando un avión de la aerolínea israelí El Al fue secuestrado al despegar de Roma y llevado a Argel, donde con la complicidad del gobierno argelino, los rehenes fueron mantenidos por 40 días, hasta que un boicot internacional de pilotos forzó su liberación. Otra organización palestina en 1970, protestando contra el Rey Hussein, se apropió simultáneamente de tres aeronaves europeas, las condujo a un desierto en Jordania y las hizo estallar, después de sacar a los pasajeros quienes fueron liberados días más tarde. Celebre ha sido el secuestro por parte de otra organización palestina del vuelo 139 de Air France desviado a Entebe, Uganda, donde el entonces dictador Idi Amín sirvió como cómplice de los secuestradores que exigían la liberación de prisioneros en Israel. Una cinematográfica operación del Ejército israelí logró la liberación de los rehenes israelíes y judíos separados del resto de los pasajeros. Aviones han sido también explotados en pleno vuelo: el jumbo de Pan American sobre sobre la localidad escocesa de Lockerbie en 1988 por supuestos terroristas libios; el vuelo 182 de Air India de Montreal a Delhi con 326 pasajeros, detonado por separatistas Sikhs en 1985; o el vuelo 007 de Korean Airlines derribado por un mísil soviético en 1983, causando la muerte de sus 269 ocupantes. Algo que sin duda han logrado los secuestros de aviones es hacer cada vez más insoportables los controles de seguridad en los aeropuertos. Sin embargo como parecería demostrar el caso del MH370 siempre queda alguna hendija por donde se cuelan los que quieren seguir usando los aviones como armas.