Mujeres ‘NoMo’

Acaba de pasar el día de la madre y como es costumbre en nuestra cultura los abrazos, regalos y encuentros han llenado la tarde de las mamás.

Y también, como es costumbre, se contarán los muertos, las riñas, los asesinatos de uno de los días considerados como uno de los más violentos del año, en un país como el nuestro.

Y mientras eso pasa, los moños rojos y rosados, el papel regalo, los desperdicios del almuerzo y algunas botellas de licor encuentran su puesto en el basurero, mientras otras cuantas mujeres celebran que jamás en su vida tendrán un aquelarre similar.

Hablo de la generación de las ‘No mothers’ quienes no quieren tener hijos y esa es su decisión de vida. Esta generación desde hace algunos años entendió que los comerciales de bebés de nalguitas felices, pañales y productos para la crianza jamás harán parte de su canasta familiar, y lo han hecho con el pleno derecho que les da la vida de decidir sobre su cuerpo.

Estudios recientes como la Encuesta Nación de demografía han revelado que en Colombia el nivel educativo de la mujeres aumentó en un 5% (de 2010 a 2015) y esto ha permitido que a mayor nivel de escolaridad, menor sea el número de hijos que las mujeres quieren tener.

Lo que sorprende de esta decisión que va en aumento en sociedades tradicionales como la latinoamericana, es que cuando un hombre decide no tener hijos es respetado e incluso jamás es increpado por su decisión.
Con las mujeres no pasa así, la generación de ‘No mothers’ frecuentemente es atacada, insultada y su determinación es vista desde los prejuicios que por siempre nos han acompañado.

Soy mamá y no me imagino mi vida sin mi hijo, pero defiendo el derecho de las mujeres a no procrear. Defiendo la desmitificación de nuestro rol y la posibilidad de no traer hijos al mundo. A las mujeres jamás se nos ha dicho que es uno de las tareas más comprometedores y difíciles de nuestra vida y que la sociedad termina por endilgarnos la completa crianza de nuestros hijos.

Mi generación estuve en el tránsito de las ‘No mother’, a nosotras se nos dijo que vinimos al mundo a procrear y muchas lo hicimos consientes del reto, asumimos nuestro papel social y sentimos aún que un hijo le da sentido a nuestra vida.

Ellas no son así. Y benditas sean que pueden decidir seguir viajando, amando, estudiando o simplemente siendo las tías amorosas de nuestros hijos.

Cuando un hombre decide no ser papá es respetado y hasta aplaudido, aún cuando una mujer lo hace público, es atacada, se prenden las alarmas y aparecen los prejuicios. Dejen a las mujeres decidir sobre su vida, sobre su cuerpo. Dejen de vender la idea romántica de la crianza.
Hay que decirles a las mujeres lo difícil y la enorme responsabilidad que trae tener un hijo.

Dejen a las mujeres tranquilas, a las mamás y a las ‘No mothers’, que ya en la vida nos ha tocado lo suficientemente difícil como para que ahora no podamos decidir sobre nosotras mismas.

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