El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Los nadies

En un país donde abunda la injusticia al menos deberíamos exigir que los nombres de Álvaro José, Jair Andrés, Jean Paul, Juan Manuel y Leyder sean resarcidos.

16 de agosto de 2020 Por: Mabel Lara

Los mataron y los tenían listos para quemarlos en medio de un cañaduzal. Para los asesinos nadie se iba enterar, nadie se iba a dar cuenta porque era sólo cinco más. Negros todos de uno de esos barrios de donde emergen ‘delincuentes’, gente sin tierra, desplazados y acomodados en nuevos lugares, sin dolientes. Lejitos del centro de la ciudad para que no los vean, para que no los notemos, para que ni nos enteremos que existen y mueren porque son los nadies.

La noticia digamos que estremeció a los medios locales y sonrojó a los nacionales: “La inseguridad está terrible”; “Quién sabe qué estaban haciendo y por qué los mataron”; “Mejor no hablemos mucho del tema porque fijo eran unos malandros”.

Y así, sin más, empezaron a rodar audios diversos que justificaron los asesinatos.

Audios todos muy raros, extraños, de diferentes voces que señalaban fechorías, robos, ataques y el aplauso generalizado de la muerte de 5 niños, jovencitos entre los 12 y 16 años que en la noche anterior habían sido encontrados quemados, golpeados y hasta degollados.

Mientras tanto los padres, para los que no hay hijos malos, intentaban al menos resarcir el nombre de sus muchachos y a toda voz instituciones como la Comisión de la Verdad ayudaron a escalar las solicitudes: al menos dos de ellos hacían parte de procesos pedagógicos promovidos por la Comisión.

Les salió el tiro por la culata a los asesinos, no sería tan fácil pasar por la dignidad de los jóvenes negros metiéndolos como parte del montón, del cliché. Esta vez tendría la Policía que buscar más, justificar más, explicar más. Tampoco vino el fiscal general Francisco Barbosa a anunciar medidas y soluciones inmediatas como lo hizo cuando visitó al desahuciado y muy querido león júpiter: no valía la pena eran solo cinco masacrados niñitos negros de un barrio pobre de Cali.

No conozco los motivos, las circunstancias exactas de los asesinatos de los cinco de Llano Verde; pero no deja de causarme inquietud la ponderación inmediata de la opinión pública sobre esos niños que podrían ser mis sobrinos o mi hijo. No quiero romantizar la situación, pero al menos esta ciudad debería exigir el esclarecimiento de todas las extrañas aristas de este doloroso episodio.

En un país donde abunda la injusticia al menos deberíamos exigir que los nombres de Álvaro José, Jair Andrés, Jean Paul, Juan Manuel y Leyder sean resarcidos. Este no puede quedar como otro capítulo más de esos nadies que cuestan menos que la bala que los mata, o como decía el maestro Eduardo Galeano: “De esos hijos de nadie, dueños de nada, los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos”, negros jóvenes olvidados y asesinados.

Sigue en Twitter @MabelLaraNews