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Fetichismo jurídico

Con Covid-19, protestas sociales, ataques a la policía y de los policías, sumado a la falta de confianza por la crisis institucional lo que hace falta es transformaciones sociales

4 de julio de 2021 Por: Vicky Perea García

Treinta años de la constitución de Colombia de 1991. 30 años de un estallido similar al que estamos viviendo en este momento después del desastre humanitario de la pandemia del Covid-19 y de la ineficiente tarea de las autoridades de salud que ni aceptan, ni se conduelen, ni enfrentan la realidad: lo hemos hecho mal.

El Caribe y Latinoamérica con sólo el 8% de la población mundial tienen un tercio de las muertes por Covid-19 desde que la OMS se concentró en reportar la aparición de la enfermedad en diciembre de 2019 y sigue sumando infecciones globales.

Colombia es parte del desastre, en una población de 50 millones sólo el 21% de su población está inmunizada, hemos recibido 23 millones de vacunas y aún está faltando mucho para lograr la meta total de inmunización.

Duele, y mucho, ver la diferencia económica y social de países en Europa y en Estados Unidos que lograron la vacunación de gran parte de su población y que siguen teniendo vacunas para donar, regalar y ayudar en la famosa inmunidad de rebaño. Duele e indigna por ejemplo que miles de colombianos hayan inundado a la Florida para vivir el pop-up de vacunación en la playa, apenas se bajan de un avión, o que sigan nutriendo las cifras de recuperación económica de los Estados Unidos que tiene clarísimo lo que significa el turismo de vacunas.

Duele ser pobres, y lo somos. Somos un país pobre y desordenado. Nos han hecho creer en cifras de felicidad y en paraísos que sobreviven con lo poco, con migajas y aramos en tierra seca. Por ello cuando se cumplen 30 años de una constitución vigorosa, ambiciosa y amplia podemos decir que falta mucho trecho y camino por andar.

Muchos incluso han manifestado la necesidad de reconstruir el país a punta de nuevas constituyentes y proyectos electorales para realizar transformaciones sociales, pero esos ya están contemplados en la Constitución del 91 y en el Código Penal, a propósito de la propuesta de la ley antivandalismo que como bien dijo off the record el Fiscal General de la Nación es más de lo mismo, es el fetichismo jurídico del que padecemos.

Las explosiones sociales deben ser tramitadas con escucha activa y no con más legislación, de eso tenemos y de sobra, sólo hace falta hacerlas cumplir. Nos encanta mojar prensa con anuncios rimbombantes cuando lo que requerimos es ejecución. Ejecución de recursos, ejecución de proyectos y liberarnos del desastre de la corrupción.

Colombia necesita cambio. Nuestro eterno problema ha sido resolver todo a punta de legislación inoficiosa que no va al fondo, a la raíz de nuestras dolencias: nos acostumbramos a llenarnos de normas que ya están, es una enfermedad que solo se justifica en nuestra incapacidad para hablar. Con Covid-19, protestas sociales, ataques a la policía y de los policías, sumado a la falta de confianza por la crisis institucional lo que hace falta es transformaciones sociales. Me enorgullece que los empresarios vallecaucanos ya lo han entendido, me alegra que líderes nacionales no creen en seguir desangrando al país, falta es una ciudadanía activa que reacciones y que vote; que elija y que no trague entero. Los jóvenes como en el 91 tienen en sus manos el poder del cambio, oro por ello.

Sigue en Twitter @MabelLaraNews