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El campeón del Mundial

Hace muchos años conocí por primera vez a Uruguay. Pasando el río Grande desde Argentina llegué a un pueblito anclado en el pasado. Con aires europeos, adultos mayores y buenos asados.

8 de julio de 2018 Por: Mabel Lara

Hace muchos años conocí por primera vez a Uruguay. Pasando el río Grande desde Argentina llegué a un pueblito anclado en el pasado. Con aires europeos, adultos mayores y buenos asados. Colonia Uruguay fue mi primer contacto directo con el pueblo más moderno del sur de América.

Desde ese día y durante décadas me he preguntado qué pasó en Uruguay, y no así en el resto de nuestros países, para que pudiera florecer lo que ellos llaman el progresismo social.

Más allá de la archipublicitada ley de consumo libre de marihuana, Uruguay viene demostrando con sus casi 4 millones de habitantes que es un país vibrante y que es el único en latinoamerica con una democracia plena.

Así lo reconoció The Economist en 2017 cuando publicó uno de los informes más esperanzadores sobre democracia y desarrollo. Según la revista, Uruguay es el único país latinoamericano e hispanoparlante, por encima de España y de la mano de Noruega, Islandia, Suecia, Nueva Zelanda y Dinamarca, que ha entendido la importancia de la educación.
Que sabe que hay que educar para fortalecer los procesos electorales, que valora las libertades civiles, la participación política y exige un adecuado funcionamiento de su gobierno.

La semana pasada, de nuevo el diario The Wall Street Journal elogió a Uruguay; pero esta vez lo hizo desde el balompié y tituló su artículo magistralmente: “Uruguay, la sociedad de los poetas muertos del futbol” enfocando su texto en el entrenador Óscar Washington Tabarez.

Tabarez es Uruguay. El profe de la escuela pública, exjugador de fútbol, víctima del síndrome de Guillan Barre (trastorno neurológico que afecta el sistema nervioso periférico y debilita brazos, piernas y tronco) es la mejor representación de los valores y el desarrollo de Uruguay.

Con 71 años de edad, su muleta y sus 12 años como coordinador de todas las selecciones nacionales, es el formador de formadores que responde a las inquietudes sobre su nación.

“Es la educación maestro”, decía Tabarez en una entrevista hace varios años a los diarios de su país. “Es salir a la cancha y despedirse de beso de su entrenador, es poner el énfasis en hacer que los futbolistas no solo se esfuercen por ser excelentes jugadores, sino excelentes personas. Es el interés porque los jugadores amplíen su cultura y conozcan los países con los que se van a enfrentar”.

Es el respeto maestro y la educación “porque siempre una persona joven deberá estudiar, no podemos impedirlo, debemos fomentarlo, ello mejora incluso su rendimiento deportivo”, decía.

Y como el fútbol es como la vida, qué grande es y ha sido Uruguay. Se va de Rusia como el mejor equipo en términos proporcionales, según The Wall Street Journal, y todo gracias a los métodos de Tabarez.

Tan grande es Uruguay que allá no se recogen firmas para que se repitan partidos o sancionen a los jueces; allá hoy están recogiendo firmas para que pongan el nombre del profe Tabarez al menos a una escuela pública, porque ese es el mejor homenaje que se le puede hacer a un Maestro. Por eso ¿Quién dijo que el fútbol era un juego de ignorantes? Muchas respuestas halladas tan solo con analizar la pelota.

Sigue en Twitter @MabelLaraNews