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Doble moral

¡Mojigatos! Criticamos en público y en privado escondemos a los voyeristas.

20 de noviembre de 2022 Por: Vicky Perea García

Taimados, mojigatos, morrongos decimos los colombianos cuando queremos referirnos a alguien que suele ‘tirar la piedra y esconder la mano’. Nuestra cultura latinoamericana esta encubierta en comportamientos agazapados porque nos acostumbraron a vivir del qué dirán o a andar metidos comentando las vidas ajenas.

En una misma semana he visto a muchos de los nuestros en redes sociales y en tendencias nacionales refiriéndose a dos episodios que evidencian nuestra cultura morronga.

La primera relacionada con la jueza que fue vista en su cama en ropa interior, con un cigarrillo en mano y en medio de una audiencia. “Irrespetuosa”, “Inmoral” ‘Impúdica”, leí por todas partes y hasta en los noticieros matutinos de la radio escuché a varios rasgarse las vestiduras por el comportamiento de la mujer.

La señora no es la primera vez que aparece en ropa íntima, sus seguidores en Instagram, que se cuentan por más de 250 mil, la han visto en poses diversas, ropa de encaje, posiciones explicitas sexuales y ella defiende que no cambiará ni se autocensurará porque antes que juez, primero es persona.

Lo que sorprende es que desde el día del escándalo las redes sociales de Viviana Polania -su nombre de pila- estallaron y en tres días se duplicaron. ¡Mojigatos! Criticamos en público y en privado escondemos a los voyeristas.

En similares circunstancias sucedió con el cantante Maluma que aceptó presentarse en el polémico y antidemocrático Mundial de Qatar. Maluma no es santo de mi devoción, no me gusta su música y lo he criticado por hacer apología de la violencia directa hacia las mujeres; sin embargo, entiendo que el entretenimiento es su negocio.

Los mismos quecriticaron a Maluma están pegados estos días al Mundial, siguen los partidos y apoyan a seleccionados que se dieron cita en el país árabe. Poco mencionan las limitaciones y persecución contra las mujeres. Poco hablan sobre los maltratos de los migrantes, pero al cantante sí lo sepultaron.

Somos un pueblo que exige más a los futbolistas que a nuestros políticos, nos encanta el chisme y el mal hablar de los demás, condenar sin ser jueces y señalar sin pruebas. Pero poco hacemos en realidad bajo el principio de la sanción moral, porque reelegimos a los corruptos, los encontramos en los clubes sociales compartiendo con los de siempre, apareciendo en las páginas sociales de los periódicos con la gente ‘de bien’ y pocas veces en medio de un escándalo uno de nuestros mandatarios renuncia.

Colombia sufre del mal de la envida y la malquerencia, le encanta atacar a los propios y elogiar a los de afuera porque si alguien brilla es motivo para odiarlo. El síndrome del cangrejero, de la mediocridad del cangrejito de turno que ataca al más visible. Muchos podríamos decir sobre Qatar, presionar a la Fifa por firmar el Mundial, exigir a las naciones que sus selecciones no participaran, no ver las transmisiones y sabotear las redes sociales y no darles más likes, pero como jugamos con doble moral nada de eso va a suceder. Por lo pronto Maluma seguirá haciendo dinero en medio de las polémicas y la jueza sumando seguidores; ojalá vayan a verla en Instagram ¡Arde!

Sigue en Twitter @MabelLaraNews