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¡Pensarse la ciudad! de eso se trata la sostenibilidad y en esto frecuentemente nos rajamos

6 de noviembre de 2022 Por: Vicky Perea García

El mundo ha experimentado un crecimiento sin precedentes en las últimas décadas: cerca de 4 mil millones de personas en 2015 vivían en las ciudades y las proyecciones indican que a 2030 ese número aumentaría a cinco mil millones de personas.

Las implicaciones de una rápida urbanización traen con el paso del tiempo dificultades como la insuficiencia de los servicios básicos, el desarrollo de barrios marginales o invasiones que aumentan la vulnerabilidad de las poblaciones ante los desastres naturales y específicamente ponen sobre la mesa los riesgos medioambientales y
socioeconómicos para personas que viven en condiciones de pobreza extrema e inasistencia institucional.

Entendiendo esta realidad la consultora Arcadis e instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo y ONU Hábitat, desde 2015 vienen alertando sobre las repercusiones de no pensarse la distribución y la planeación de los centros urbanos y crearon el Ranking de las 100 ciudades que más se destacan en cuestiones ambientales, sociales y económicas alrededor del planeta.

Oslo como líder, seguida de Estocolmo (Suecia), Tokio (Japón), Copenhague (Dinamarca) y Berlín (Alemania) fueron las cinco ciudades más sostenibles 2022 por su lucha contra el cambio climático, el desarrollo bajo en carbono, la movilidad, el uso del transporte público y en general por apostarle a la economía circular local.

En nuestra región se destacan poblaciones como Curitiba (Brasil) que desde 1965 analizó los cambios estructurales en su transporte público y se puso en la tarea de establecer indicadores y proyectos a mediano y largo plazo para ser una ciudad más amigable y responsable ambientalmente. Tiene una proporción de superficies verdes de más de 51 m2 por habitante, recicla sus residuos, presenta uno de los mejores índices de alfabetismo, renueva frecuentemente sus programas urbanos inteligentes e innovadores y su población manifiesta confianza en la gestión pública y patrimonial de la ciudad.

Cali y el Valle podrían ser una región emergente y sostenible si se empezara a pensar su desarrollo a 2030-2050 entendiendo la evolución territorial y aumentando la eficiencia de todos sus sistemas de bienes, servicios y la circularidad de su economía.
Los caleños en esta tarea serían fundamentales en la presión por el desarrollo sostenible. Una de las primeras tareas sería preguntarse: ¿Cómo debería ser la capital del Valle del Cauca en ocho años (2030)? ¿Qué ciudad deberían tener nuestros hijos en 2050?

Clave ayudar a gestionar un ecosistema colaborativo que permita sentarnos a conversar, y allí establecer la hoja de ruta para cerrar la situación de precariedad a la que se enfrentan las poblaciones más vulnerables por la infraestructura deficiente, las condiciones de violencia, la lejanía de los servicios urbanos y la contaminación que hoy tenemos.

¡Pensarse la ciudad! de eso se trata la sostenibilidad y en esto frecuentemente nos rajamos. Ojalá todos fuéramos conscientes de la posibilidad de crear la ciudad en la que queremos vivir, sino nosotros, al menos nuestra descendencia. sentarnos a conversar, y allí establecer la hoja de ruta para cerrar la situación de precariedad a la que se enfrentan las poblaciones más vulnerables por la infraestructura deficiente, las condiciones de violencia, la lejanía de los servicios urbanos y la contaminación que hoy tenemos.
Sigue en Twitter @MabelLaraNews