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Entre amigos todo vale

Nada de claridad, nada de asumir las responsabilidades, nada de explicar el nombramiento del señor Fernández, ni los contratos que se celebraron cuando era gerente de Abastecimiento

26 de septiembre de 2021 Por: Vicky Perea García

Tres contratos ponen de nuevo a Emcali a dar explicaciones. Y llevan a preguntar por qué, si son tan legales como dice el gerente general, renuncia el gerente comercial y la Fiscalía aparece en busca de documentación sobre dos de ellos.

El primero es el convenio interadministrativo con la Empresa Regional de Telecomunicaciones por $18.496 millones, algo que se había vuelto costumbre y parecía más bien un intento por salvarla de su quiebra.
Aunque el 50% de ERT es de propiedad de Emcali, no está claro porqué se le permitió la tercerización de servicios que bien puede ejecutar la empresa caleña.

Pero eso no es lo que piensan los que manejan a Emcali. El gerente comercial contrato con ERT sin saberse aún si el gerente Juan Diego Flores le había delegado facultades para realizarlo. Y si autorizó o no la subcontratación que realizó ERT y pese a una consulta realizada por la secretaría general de la entidad tres meses antes de la firma del convenio en cuestión, en la cual se advirtió que esa subcontratación sería ilegal.

Es decir, todo parece indicar que el gerente comercial se pasó por la faja las advertencias, los límites de contratación y en general, el cuidado de los recursos de Emcali, pues según el concejal Juan Martín Bravo, la maniobra le costó $2.000 millones a la entidad. Esas parecen ser las razones que llevaron a su renuncia, así Luis Fernando Cárdenas diga que su retiro es voluntario.

Lo que sigue deja más inquietudes. Ante la renuncia del gerente comercial, Flores nombró allí a Arturo Fernández, hasta ahora gerente de Abastecimiento. El señor Fernández es gran amigo y compañero de farras del exgobernador Juan Carlos Abadía, uno de los más cercanos soportes de Jorge Iván Ospina, y tiene la bendición del hermanísimo del alcalde, Mauricio.

Pero el señor Fernández también es conocido por haber adjudicado a una firma representada por un amigo de Emilio Tapias, aquel condenado por el carrusel de la contratación en Bogotá y ahora preso en el caso del contrato con Centros Poblados. Uno vale $3800 millones y el otro $2417 millones. Uno se lo adjudicó al único proponente de una invitación cerrada, Consorcio Clarificación Puerto Mallarino, y el otro al Consorcio Renovación Puerto Mallarino en una invitación en la cual se presentaron dos proponentes y su competidor fue rápidamente eliminado.

Ahora, la Fiscalía investiga si en esos negocios se usaron garantías falsas como ocurrió en el que produjo el escándalo en el Mintic. Pero la Procuraduría y la misma Fiscalía deberían investigar también si en esas adjudicaciones se produjo la aplicación de los llamados ‘contratos sastres’, aquellos que se hacen para eliminar la competencia.

Ese es el personaje que llega a la gerencia comercial de Emcali. Y ni el gerente Flores ni la junta directiva de la entidad se toman el trabajo de explicarle a la ciudadanía lo que está sucediendo. Como ocurrió con las explicaciones mentirosas que dio el Secretario General de Emcali a las preocupaciones sobre el convenio para ejecutar los $180.000 millones del programa de pavimentación de la alcaldía, ahora el gerente Flórez contesta lo que no le están preguntando.

Nada de claridad, nada de asumir las responsabilidades, nada de explicar el nombramiento del señor Fernández, ni los contratos que se celebraron cuando era gerente de Abastecimiento.

Total para qué, si estamos entre amigos.

Sigue en Twitter @LuguireG