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Cali, pachanguera

Así se gobierna aquí. De espaldas a la ciudadanía, sin escucharla, sin tener en cuenta sus necesidades más urgentes

14 de marzo de 2021 Por: Vicky Perea García

Sesenta mil millones de pesos se gastará el Alcalde de Cali en la enésima recuperación de la Avenida Sexta. Y provendrán del crédito que por seiscientos cincuenta mil millones de pesos le autorizó el Concejo Municipal sin exigirle el detalle de a qué se iba a destinar la cuantiosa suma que deberán pagar los contribuyentes caleños.

No sería raro que al alcalde lo ‘asesorara’ su hermano Mauricio, asesor para infraestructura de la Gobernadora del Valle y cuyo contrato es vigilado, cómo no, por el Secretario de Infraestructura del departamento, recomendado por Juan Carlos Abadía. Debe ser él quien le mostró esa obra como la posibilidad de recuperar la confianza de las clases medias y altas de la ciudad, al invertir en una vía emblemática de Cali.

Ya tenían la plata, ya tienen el apoyo de casi todo el Concejo que no preguntó siquiera por el costo y las bondades del proyecto, como está ocurriendo con los tres mil millones de pesos que destinarán al “barrismo”, eufemismo que disfraza las organizaciones que generan violencia bajo las banderas del Cali y del América. Total, esa plata no es de su bolsillo y lo pagarán quienes votaron o no por Ospina como alcalde.

Pero hay algo que es aún más retador contra la ciudadanía de la sucursal del cielo. En el 2008, es decir hace trece años, este mismo alcalde Ospina sedujo a los caleños con las tales 21 megaobras que se iban a financiar con la contribución de valorización. Entonces, muchos pagaron por anticipado, confiando en que, por fin, la ciudad salía del atraso que le dictaron los alcaldes anteriores dedicados al clientelismo. Pero quedaron varias sin construir, el presupuesto no alcanzó porque fue mal hecho por la administración de Ospina y no faltaron los escándalos de corrupción que lo tienen en la Fiscalía.

Ahora, la segunda versión del mismo alcalde Ospina ni siquiera las menciona. Ignora el reclamo de los ciudadanos y ocurren cosas como que la salida hacia el Pacífico, donde viven más de trescientas mil personas, tiene sólo una carretera construida hace noventa años y fue incluida en las megaobras. Hoy existe la misma vía, más deteriorada, sigue siendo la única salida y la cola en un fin de semana va desde el puente de la Calle Quinta hasta dos kilómetros arriba de la iglesia de Terrón Colorado.

Pero para el alcalde Ospina ese problema no existe, no es una necesidad, no tiene dolientes y, lo más importante, no da para recuperar la imagen que se perdió en las vagabunderías de Corfecali y del alumbrado navideño de Emcali. Por ello, que no le hablen más de las megaobras o de la salida al mar, que eso no es su problema y que ya está a punto de adjudicar el contrato de la Avenida Sexta donde, seguramente, le asesora su hermano Mauricio.

Así se gobierna aquí. De espaldas a la ciudadanía, sin escucharla, sin tener en cuenta sus necesidades más urgentes, sin planear el futuro de una urbe que crece sin las soluciones que debe tener y sin la continuidad que requiere. Y con el Twitter como recurso del alcalde Ospina para descalificar de manera airada a quienes expresen su inconformidad con tanta incoherencia.

Trece años después de lanzar las megaobras que cobró por valorización, Jorge Iván Ospina no tiene por qué responder por las obras que él promovió, que pagaron los contribuyentes y no se hicieron. Ahora tiene seiscientos cincuenta mil millones de pesos que le autorizó la “organización” que domina el Concejo, el municipio y el departamento, para gastárselos como a bien tenga.

Esa es la Cali pachanguera del 2021.

Sigue en Twitter @LuguireG