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Mutación irreversible

En este tiempo de reflexiones, después de haber pasado buen tiempo en confinamiento, algunos hablan de una quinta revolución inesperada para la humanidad que cambiará el mundo para siempre.

3 de mayo de 2020 Por: Luis Felipe Gómez Restrepo

En este tiempo de reflexiones, después de haber pasado buen tiempo en confinamiento, algunos hablan de una quinta revolución inesperada para la humanidad que cambiará el mundo para siempre. El piloto automático de nuestra inercia nos hacía vivir en contra de la realidad, como si este tipo de fenómenos fueran eventos imposibles. Actuábamos como si fuéramos indestructibles e invulnerables frente a la naturaleza.

Se acaba de publicar un ensayo: ‘La cruel pedagogía del virus’ de Boaventura de Sousa Santos con una honda reflexión referida a la naturalidad con que hemos vivido bajo ciertas reglas rígidas que, sin embargo, hoy parecen fáciles de romper. Dice el intelectual portugués respecto de los cambios que empiezan a suscitarse por doquier, “y de repente, se vuelven posibles como si siempre lo hubiesen sido…”. Detener el cambio climático, trabajar desde la casa, consumir menos, la protección de los bienes públicos, ser solidarios y orientados a lo local, entre otras muchas prácticas otrora imposibles para muchos. Si bien todo esto amenaza el sistema económico como lo conocemos, esta pedagogía cruel del virus, dice de Sousa Santos, ha logrado que la luz enceguecedora del mercado se desvanezca y que la claridad pandémica deje al descubierto el futuro de la civilización que vivimos.

En tono similar, Bruno Latour se refiere a la situación actual, no como una crisis sino más bien como una “mutación ecológica duradera e irreversible” que permitió en pocas semanas “suspender todo el mundo y al mismo tiempo el sistema económico que hasta ahora nos habían dicho que era imposible de frenar o redirigir”. Para Latour, siempre existió una palanca de frenos, que creíamos inexistente, para detener “el tren del progreso”. Este frenazo global nos ha dado la oportunidad de “ponerlo todo en tela de juicio” y, por tanto, de cambiar de ahora en adelante. Las preguntas entonces para él son ¿De qué estamos dispuestos a liberarnos? ¿Y qué esperamos ver renacer después de la crisis?

Dos aspectos a resaltar adicionales: el liderazgo femenino ha mostrado su valor particular, liderazgo del cuidado que ha manejado ejemplarmente la crisis, basta con ver Alemania, Corea, Taiwán, guiados por mujeres. De otra parte, independientemente de la ideología, las sociedades son capaces de privilegiar el bien común sobre la individualidad. El marco ético de la sociedad aquí es revelador.

En la crisis, lo público representa un marco de contención y de control de la sociedad que entiende aun la empresa más capitalista y muestra una sociedad capaz de obedecer, no como un acto de sumisión sino de consciencia social. Cuando la sociedad se somete a un golpe estructural tan fuerte como el que hemos vivido, los más vulnerables siempre asumen la peor parte. Las peores prácticas que como humanidad hemos tenido, quedan a la vista y se crea el deber de corregir estas inequidades y la reflexión sobre la contribución que todos debemos hacer para el bien común, donde la participación del sector privado es pieza clave.

Los caminos a seguir pueden estar más cercanos a ciertas dinámicas positivas y germinales que traíamos, se trataría de profundizarlas: justicia y sostenibilidad, según los Objetivos de Sostenibilidad (ODS), que nadie se quede atrás es el lema. Desde la lectura desde la fe: Laudato Sí, cuidado de la casa común, del Papa Francisco. Concreto desde la empresa: valor Social Compartido de Porter.

* rector Universidad Javeriana Cali

Sigue en Twitter @RectorJaveCali

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