Educación y competitividad, Valle 2022

Llega a su novena edición anual el Índice Departamental de Competitividad (IDC), el cual es elaborado por el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario. Este estudio se constituye en una valiosa herramienta para el análisis y la toma de decisiones, pues a través de 106 indicadores, refleja el estado de la competitividad de los 32 departamentos del país y la ciudad de Bogotá. Los resultados este año no fueron los mejores: el Valle del Cauca descendió dos posiciones frente al recálculo del 2021, ubicándose en el puesto número 6 para 2022, siendo la tercera economía del país con una participación del 10% del PIB.

Veamos algunos indicadores de la educación. En educación básica y media, Bogotá registró para la cobertura en educación, una calificación de 9,4/10, situándose en el puesto número 1; a su vez Antioquia obtuvo un 8,07 llegando al puesto 10 y el Valle sacó una calificación de 6,45 ubicándose en el puesto 24. Para salir de este poco halagador lugar, se deben seguir impulsando planes que brinden las condiciones de acceso y permanencia en el sistema educativo, disminución de la deserción, ampliación de la conectividad en zonas rurales y gestionar la transformación en los modelos educativos que permitan sacarle el mayor provecho a la virtualidad. Igualmente, el aumento de profesores, pues en el indicador estudiantes-docentes estamos de 24, se requiere fortalecer la planta de profesores. En cuanto a la calidad de la educación en este segmento, el Valle ocupó el puesto 24 con una calificación de 4,84/10, mientras que Bogotá alcanzó el puesto 5 y Antioquia el 19. Más allá de la cobertura, esta debe ir de la mano de una educación de calidad, la cual se logra apoyando la cualificación de los profesores; fortaleciendo los proyectos educativos con énfasis en el mejoramiento, atención educativa desde el enfoque diferencial, competencias para el ciudadano de hoy, desarrollo integral de la educación media y un modelo de evaluación para transformar y mejorar permanentemente.

En educación superior y formación para el trabajo, encontramos que en cobertura el Valle se ubicó en el puesto 11, detrás de Antioquia y Bogotá, quienes llegaron a los puestos 7 y 1 respectivamente. Si bien las becas del gobierno nacional y local así como las propias de las universidades han mejorado este indicador, todavía reflejamos cifras que deben ser mejoradas. Aquí se requieren más recursos para brindar mayores oportunidades a los jóvenes que egresan de los colegios. El Estado debe hacer un mayor esfuerzo.

En cuanto a la calidad, el Valle obtuvo el lugar 5, Bogotá el 3 y Antioquia el 2. Aquí se destaca que la oferta de las universidades acreditadas ha ido en aumento, debemos seguir con planes de mejoramiento en indicadores como cobertura bruta en formación universitaria, graduados en posgrado, puntaje en las pruebas Saber Pro, dominio del segundo idioma y egresados del Sena vinculados al mercado laboral.

Es preciso entender la competitividad como un asunto integral que redunda directamente en la calidad de vida de las personas, el crecimiento económico y el bienestar. Por ello, es imperativo que el Valle mejore sus indicadores educativos, para ubicarse como un departamento líder a nivel nacional.
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