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Carlos E. Climent | Foto: El País

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Lo más importante en la vida son las relaciones de afecto

Vivir gratamente no depende exclusivamente del nivel económico, pues el dinero compra muchas cosas, pero no compra felicidad.

24 de marzo de 2024 Por: Carlos E. Climent

Diversas investigaciones prospectivas, aves raras en epidemiología por su enorme complejidad y costo, han confirmado que vivir gratamente no depende exclusivamente del nivel económico, pues el dinero compra muchas cosas, pero no compra felicidad.

En estos estudios se siguen a los mismos grupos de personas por muchos años y se confirman de manera objetiva múltiples aspectos de la vida de los entrevistados.

El seguimiento más completo a la fecha es el de la Universidad de Harvard (Vaillant, G. Aging Well, Little Brown, 2002), que completó 84 años entrevistando periódicamente a cerca de 1300 participantes de dos grupos sociales muy diferentes de la ciudad de Boston, con los que se inició el estudio, y obtuvo información fidedigna sobre la forma como muchísimas variables médicas, sociales y psicológicas evolucionan con los años.

Muy pocos de los participantes originales sobreviven, pero ahora están siendo entrevistados sus hijos. Los resultados del estudio han sido corroborados por otros estudios longitudinales, de manera independiente y en poblaciones muy distintas, y han arrojado luces sobre las diferentes variables que inciden en la salud y la felicidad de las personas a través del tiempo.

La enorme riqueza de la información recolectada en estos estudios está siendo motivo de muchos análisis, el más reciente hace énfasis en los aspectos psicológicos (Waldinger, R. La Buena Vida, Planeta, 2023) y las conclusiones, entre miles más, son de una lógica abrumadora:

*Los humanos nos necesitamos los unos a los otros. Realidad que ha sido vivida por el Homo Sapiens desde el principio de los tiempos.

*Las personas más conectadas con sus familias, con sus amigos y que tienen una actitud de cooperación social, tienden a sobrevivir mejor a las dificultades, son más saludables y felices y tienen un riesgo menor de muerte, a cualquier edad, que aquellos que viven aislados.

*El contacto humano afectuoso produce un alivio del estrés, refuerza las defensas inmunitarias y los mecanismos fisiológicos que combaten el aislamiento y la soledad, y llevan un potente mensaje de tranquilidad a todo el organismo, rompiendo de esa forma el círculo vicioso de la inflamación celular que conduce al deterioro, la enfermedad y el envejecimiento prematuro.

*Las personas que envejecen mejor son las que se sienten amadas, apoyadas, apreciadas y tenidas en cuenta por alguna/s persona/s con quien/es sostienen una comunicación confiable. Con esa/s persona/as comparten no sólo las preocupaciones, sino los asuntos comunes y corrientes de la vida cotidiana.

*Las personas más satisfechas en sus relaciones a los 50 o 60 años, fueron las más saludables a los 80.

*Quienes tienen un apoyo social mayor sufren menos depresiones.

*Si bien el acompañamiento afectivo ideal lo puede hacer una buena pareja, cualquier persona cercana sensible y comprometida (amigo/a, socio/a, compañero/a deportivo, terapista, etcétera), con quien se mantienen contactos periódicos, sinceros y significativos, pueden logran vencer la desconfianza, invitar a un cambio y abrir las puertas de la esperanza.

Nota: Feliz Semana Santa a mis amables lectores. Esta columna reaparecerá el 7 de abril de 2024.

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