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Soplan vientos adversos

Hoy me siento pesimista; los sucesos mundiales no...

5 de agosto de 2011 Por: Liliane de Levy

Hoy me siento pesimista; los sucesos mundiales no permiten sentirse bien. Violencia, fanatismo, intolerancia, odio, racismo, crisis económica arruinadora en todas partes con su carga de desempleos y frustraciones; inclemencias del clima que provocan inundaciones y tormentas asesinas en el Caribe (incluyendo a países como Haití, como si la desgraciada isla no sufriera lo suficiente) y sequías devastadoras y hambr unas en África de donde nos llegan testimonios y fotos que quitan el sueño; violentos enfrentamientos políticos, aun en los países ‘civilizados’ y ricos... y el colmo de todo lo enumerado: se afianza en todo el mundo un fanatismo religioso castrador, negado a todo raciocinio y capaz de convertir a Dios en instrumento de odio y división en vez de amor y unión... ¡Todo esto agota y desespera! Pero vamos por partes para abordar algunos de los males que más influyen sobre nuestro estado de ánimo.1) El primero debe ser el fanatismo religioso que ahora amenaza con desviar los nobles propósitos de libertad y justicia de la tan aplaudida ‘Primavera árabe’ para tornarla infernal. En Egipto, donde pudimos apreciar las ansias de una juventud valiente por un cambio hacia la emancipación y el acceso a la democracia, se percibe el temido avance político de un fanatismo religioso inspirado por grupos bien organizados como los Hermanos Musulmanes y los Salafistas (aun más radicales). Gradualmente se están apoderando de la Plaza ‘Tahrir’, desbancando a los ‘laicos’ y amenazando con instaurar la Sharia en caso de llegar al poder. Ante tales perspectivas mis amigos egipcios me confiesan que prefieren resucitar a un dictador como Hosni Mubarak que vivir la amenaza medieval que se avecina. Qué tristeza. Ojalá que las cosas cambien y que los jóvenes que tanto se involucraron para deshacerse de su dictador y verdugo puedan alcanzar el futuro liberador y moderno que soñaron. 2) Lo que pasó en Noruega es serio e inquietante. Recuerda las épocas negras del nazismo racista y sus estragos y sería un grave error calificar la matanza perpetrada por Anders Behring Breivik, de “hecho aislado” y de “locura”. No es así. Lo que hizo este individuo es la expresión de odio que actualmente se palpa en toda Europa en contra de la masiva inmigración de desplazados, en especial de los países musulmanes. En medio de una crisis económica aguda que engrosa el número de desempleados y genera todo tipo de frustraciones, se busca un chivo expiatorio, y los europeos lo encuentran entre los inmigrantes y extranjeros en general... El resultado es trágico como sucedió en Noruega y toca tomarlo en serio. Por fortuna así lo hacen los gobernantes tanto en Noruega, como en Francia, Italia, España y demás países europeos donde el fenómeno se da en mayor o menor grado. 3) La economía de los Estados Unidos al borde de la bancarrota desmoraliza a los norteamericanos, obligados a vivir una situación de austeridad sin precedente. Y alimenta un clima político de una agresividad y violencia difícil de soportar. El nacimiento de un movimiento como el Tea Party perturba por sus convicciones extremistas y por la amplitud de su aceptacion.