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Presidentes ‘normales’

En mayo pasado, el candidato socialista francés Francois Hollande le arrebató la...

13 de septiembre de 2012 Por: Liliane de Levy

En mayo pasado, el candidato socialista francés Francois Hollande le arrebató la reelección al centro derechista Nicolás Sarkozy logrando convencer a los electores que con él, todo cambiaría, para mejor.Sin embargo, desde que Hollande asumió sus funciones, los franceses muy confundidos encuentran que los cambios prometidos no eran los esperadosporque se quedaron en gestos simbólicos, sin aportar nuevas respuestas a sus problemas. Lo cierto es que Hollande parece sólo querer distanciarse de su predecesor, conocido como ‘hiper’ activo y arrogante. Quiere ser un presidente ‘normal’. Entiende con esto comportarse como un ciudadano común y corriente, que no goza de privilegios especiales, no se codea con los ricos y poderosos, para desplazarse toma el tren (algunos de sus ministros el metro o la bicicleta) y tiene problemas conyugales que ventila en público. También le dio por rebajar su salario, (una medida percibida como demagógica), vive peleando con los ricos y poderosos y los amenaza de sanciones fiscales exageradas cuando son ellos quienes controlan la economía y crean los empleos que el país tanto necesita. Muchos empacaron y se fueron a países vecinos que los reciben con los brazos abiertos. Por otra parte cuando Hollande actúa ‘normal’ y toma el tren, necesita de un ejército de agentes de seguridad para protegerlo (con el costo que conlleva), llega tarde a reuniones internacionales y hace el ridículo. Las peleas conyugales ‘normales’ del actual Presidente y los celos entre su actual y muy temperamental compañera Valerie Trierweiler y su exesposa y madre de sus cuatro hijos, la militante socialista y ex candidata a la presidencia, Segolene Royal, han divertido a los franceses durante todo el verano. Incluyendo el sonado incidente provocado por Valerie cuando envió un twitter de apoyo al candidato que se oponía a Segolene (y al partido del mismo Francois Hollande) en el Congreso. O cuando Hollande saludó con un inocente beso en la mejilla a su exesposa Segolene en medio de un encuentro político, Valerie lo obligó, vistosamente a darle un beso en la boca. O la insistencia de Valerie en seguir practicando su profesión de periodista, sin entender que era incompatible con su posición de compañera íntima del Presidente... En fin. Al cabo de cuatro meses de presidencia ‘normal’ y de chismes, los franceses le dijeron “¡basta!” a su Presidente porque en posesión de su cargo él no puede ser ‘normal’. Su cargo y sus responsabilidades son excepcionales y debe comportarse como un líder excepcional. En otras palabras los franceses quieren que Hollande cobre su salario pleno, se codee con los ricos y poderosos, tome el avión privado de la Presidencia para atender a tiempo sus importantes compromisos y deje sus problemas de alcoba en su alcoba. ¡Que trabaje y seriamente! Él, que tanto criticó a Sarkozy por ser un presidente ‘hiper’ se ha ganado el apodo de ser un presidente ‘hipo’. Y es peor. En los Estados Unidos la Presidencia ‘normal’ conoce un proceso opuesto al francés... Barack Obama llegó a la Casa Blanca como la personificación misma de la esperanza, el Mesías que iba a salvar a los Estados Unidos y al mundo a punto de inteligencia, bondad, tolerancia, carisma, honestidad etc... Él no podía fallar, no podía fracasar. Pero al cabo de cuatro años en el cargo, los norteamericanos y el mundo encuentran que Obama no es el Mesías: el déficit y el precio del petróleo duplicaron, el desempleo supera el 8%, las guerras no terminan, el Medio Oriente arde y no ha cumplido con muchas de sus promesas. Obama resultó ser un presidente ‘normal’ que hace lo que puede. Y a pocos días de las elecciones presidenciales, su reelección está en duda. Un tema para otra nota.