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Obama bajo presión

Ni su espectacular sonrisa ni su atlético caminado pudieron camuflar...

19 de agosto de 2011 Por: Liliane de Levy

Ni su espectacular sonrisa ni su atlético caminado pudieron camuflar la tensión que reflejó Barack Obama durante su gira de tres días en bus en el Midwest americano: Minnesota, Iowa e Illinois. Aunque allí tenía que sentirse a gusto porque son estados amigos que lo respaldaron en el 2008 y serán cruciales en las elecciones que se llevarán a cabo dentro de unos quince meses, en el 2012.Agobiado por la crisis económica, la deuda externa, el desempleo que supera el 9% y otros problemas internos y externos, Barack Obama inició una campaña para rehabilitar su imagen y a la vez tratar de desacreditar a sus contendores -los republicanos actualmente dominados por el Tea Party- culpándolos de todos sus fracasos. Consciente de que ganar o perder las elecciones depende primordialmente de la economía (recuerdan “it’s the economy, stupid”) el Presidente atravesó los tres estados amigos valiéndose de su verbo magnífico para prometer un plan de recuperación mágico, que revelará a principios de septiembre, pero cuyos puntos esenciales ya se conocen. Entre otros, la reducción del desempleo gracias a inversiones en enormes estructuras, y la promoción del rendimiento gracias a una baja en los impuestos... Y aprovechó para explicar que el retiro de la Triple A -nota de máxima solvencia- por parte de Standard & Poor’s es el resultado de los obstáculos erigidos por la oposición que retrasaron toda solución. Los amigos de Obama, solidarios y convencidos que sería la mejor opción para el próximo término presidencial, no se cansan de enumerar sus logros. En el Daily Beast -versión digital de Newsweek cuya lectura recomiendo- el columnista Andrew Sullivan sigue sosteniendo que Obama es hoy en día el político “más eficiente e inteligente de Norteamérica”. Y entre sus logros más destacados cita su manejo de la crisis economica (??), la peor desde 1929; sus esfuerzos para salvar a Wall Street y a la industria automotriz; la instauración de un sistema de salud universal; la decisión de acabar con la disciminación de los homosexuales en el Ejército; la voluntad de abolir la tortura; la hazaña de matar a Bin Laden; el acercamento a India, Indonesia y Japón para contrarrestar a China; el nombramiento de dos mujeres en la Corte Suprema... y otros. Argumentos valederos, sin duda, pero que hoy en día no pesan mucho cuando el país ve triplicar su deuda, se somete a una descalificación humillante; ve que sus jóvenes no encuentran trabajo; se lamenta porque los problemas de inmigración y los relacionados con el medio ambiente no progresan. También resiente que pese a sus promesas electorales Obama no ha cerrado Guantánamo que sigue abierto y operando. Y que en el Medio Oriente su política resultó tan incoherente y ambigua que terminó decepcionando y enemistándolo tanto con árabes como con israelíes... Por eso la gente comienza a dudar y los últimos sondeos demuestran que en materia de política económica Barack Obama sólo registra el 29% de aceptación y en la globalidad de su administración no llega al 40%. Una calificación muy baja que no presagia éxitos electorales. Lo único que lo salva es que no tiene contendores serios en el Partido Republicano. Todos los candidatos de la oposición repelan por sus fetichismos. El único quizás es Mitt Romney quien no se identifica con la ultra derecha del Tea Party y puede dar la talla.