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La elusiva paz

Dentro de un concurso de circunstancias, los analistas encuentran la oportunidad de un acuerdo de paz israelo-palestino patrocinado y garantizado por Arabia Saudita. ¿Será aprovechada? ¿Será posible?

30 de noviembre de 2017 Por: Liliane de Levy

Hablo obviamente de la elusiva paz entre israelíes y palestinos de un doloroso conflicto de más de siete décadas y que con el pasar de los tiempos se complica cada día más y parece de nunca acabar. Tratar de llegar a un entendimiento entre las partes enfrentadas ha sido la vana tarea de un sinnúmero de entidades y personalidades de gran prestigio y siempre condenada al fracaso. Por lo tanto emprenderla de nuevo suscita fatiga y mucho escepticismo. Sin embargo ahora, cuando nadie quiere perder más tiempo en el asunto, surge una nueva posibilidad de paz por medio de una sorprendente alianza de puros intereses.

En efecto, resulta que, de repente, el gran enemigo de Israel y de los árabes sunitas en el Medio Oriente es el mismo, y es Irán, por razones diferentes pero igualmente legítimas y alarmantes. Israel demuestra su inquietud al respecto en el despliegue de esfuerzos que su gobierno adelanta en el escenario mundial para frenar las ambiciones nucleares de los ayatollah en el poder iraní cuya gran misión -según lo que ellos mismos lo confiesan cada vez que pueden- sería “borrar a Israel del mapa”. Una amenaza muy grave, que Israel considera como tal y enfrentaría como tal, incluso por medio de una guerra total.

Por otro lado está Arabia Saudita que no parece tolerar por más tiempo que Teherán le siga arrebatando el liderazgo musulmán - sunita en su mayoría- en la región y que considera esencialmente suya, desde hace siglos. Para Riad un Teherán chiíta y nuclear sería su ruina y se impone la necesidad de neutralizarlo de inmediato. Por eso combate Hezbolla, el brazo político y armado de Irán en Líbano, presiona al primer ministro libanés Saad Hariri para que denuncie ante el mundo el peligro de la interferencia iraní en su país, envía tropas a Yemen a luchar contra los chiítas yemenitas patriocinados por Teherán, obliga a Hamas en Gaza a renunciar a la ayuda iraní e incluso busca respaldo en Estados Unidos.

Irán pasó a ser el enemigo número uno en la región, tanto para Israel como para Riad y el conflicto palestino-israelí pasó a segundo plano. A tal punto que quisieran resolverlo cuanto antes, dispuestos a algunos sacrificios, para ocuparse de lo esencial que es el gran peligro iraní. Y fue así como surgió una nueva posibilidad de paz israelo-palestino que se podría evaluar. Veamos.

Se trata de retomar una iniciativa saudita formulada y aprobada durante la cumbre de la Liga Árabe en Beirut en el año 2002, y luego en demás cumbres. Implica una ‘normalización’ en las relaciones de Israel con todos los países árabes sunitas a cambio de un retiro total israelí de los territorios conquistados en las guerras declaradas en su contra. La iniciativa fue rápidamente rechazada por el gobierno de Ariel Sharon alegando su apego a las soluciones adelantadas en la ONU de negociaciones bilaterales. Años más tarde fue tomada en serio durante el gobierno de Ehud Olmert, quien la aprobó en su mayor parte mientras que el presidente Shimon Peres sugirió redactarla con más claridad.

Finalmente el actual primer ministro Benjamin Netanyahu dice apoyar el plan pero reafirma la intención israelí de no ceder sobre la devolución de las alturas del Golán (esenciales para la seguridad nacional), Jerusalén Este (Israel considera Jerusalén indivisible) y la repatriación de millones de refugiados palestinos que acabarían con la identidad del país. Por su parte Yasser Arafat había apoyado la gestión, lo mismo que su sucesor Mahmud Abbas mientras que el grupo palestino Hamas, que se adueñó de Gaza, la rechaza en su totalidad determinado a destruir a Israel.

Dentro de un concurso de circunstancias, los analistas encuentran la oportunidad de un acuerdo de paz israelo-palestino patrocinado y garantizado por Arabia Saudita. ¿Será aprovechada? ¿Será posible?