El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

‘Este virus que enloquece’

El filósofo y activista francés Bernard-Henry Lévy (BHL) acaba de publicar un libro que hace sensación.

11 de junio de 2020 Por: Liliane de Levy

El filósofo y activista francés Bernard-Henry Lévy (BHL) acaba de publicar un libro que hace sensación. Lo tituló ‘Ce virus qui rend fou’ (este virus que vuelve loco) y obviamente habla del Covid-19 y de la manera de tratarlo y combatirlo. Encolerizado describe cómo por culpa del virus, una ola de miedo sin precedente se apoderó del planeta y la humanidad entera y desde hace tres meses vivimos en un mundo paralelo en el cual ningún otro problema existe, ni el terrorismo de Daesh, ni la guerra en Siria, ni los migrantes que el mar devora, ni el hambre, ni las dictaduras, ni los incendios que destruyen los bosques amazónicos. Nada existe sino este maldito virus y como enfrentarlo.

Para hacerlo el mundo se sometió -con asombrosa docilidad a las reglas estrictas de aislamientos y de higiene decretadas por los asesores médicos de los gobiernos. Últimamente ellos se volvieron omnipotentes aunque confiesan enormes dudas para saber hacia donde vamos y sin vislumbrar la más mínima esperanza de salvación. Entretanto la economía mundial se desplomó, las fábricas y los comercios cerraron, el hambre y la pobreza se instalaron en todas partes, el daño es irreparable. El peligro, según BHL, es que en esta situación de desespero el llamado ‘contrato social’ con sus valores democráticos y republicanos que rigen nuestra sociedad sea substituido por un ‘contrato vital’ que puede volverse dictatorial y contrario a los valores que tanto preciamos.

Sin menospreciar la admirable labor de los médicos que a diario arriesgan su vida para atender a los enfermos del coronavirus y son los verdaderos héroes del momento, BHL reprocha a los políticos de haber cedido gran parte de su responsabilidad en el manejo de la crisis a los científicos; ellos no son expertos en el arte de gobernar. Hoy en día en cada país del mundo y no importa su ideología, un jefe de Estado ejerce su cargo rodeado de asesores médicos que, de repente, detentan un enorme poder y lo deciden casi todo. El Estado se ha convertido en un hospital. Y no lo es. Y aunque resulta loable colocar la salud y la vida por encima de los demás valores toca también tener muy presente que el desempleo y la ruina económica generan hambre, desolación y enfermedades que matan con la misma intensidad que el pérfido virus.
Manejar tan compleja situación es la función que cumplen los políticos; ellos saben pesar los pros y los contras de las decisiones a tomar, discernir entre las opciones, arbitrar entre las corrientes, distribuir los fondos y otorgar las ventajas. Su tarea es ardua y esencial y muy diferente a la que puede asumir un científico. Entonces por qué los políticos se han recostado de lleno sobre los cuerpos médicos que ahora dictan su conducta. Según BHL es su manera de legitimizarse al lado de un ‘saber’ médico que no dominan, olvidando que la ciencia no es exacta y no entiende cómo se manejan los complicados enredos sociales.

Entonces la gente se pregunta ¿qué hacer en esta crisis sanitaria que nos agobia? Y, ¿qué sugiere BHL? El filósofo insiste en recordar que esta no es la primera pandemia que el mundo enfrenta, ni la más severa. Cita la española, de Hong Kong, el cólera, la asiática y otras. Para finalmente aceptar (a regañadientes) las reglas y los “gestos barreras” de aislamiento e higiene establecidos mientras sean provisorios y nunca diseñados para volverse eternos dentro de una posible nueva manera de vivir. Y se refiere a los grandes sabios antiguos para alegar que el aislamiento y el repliegue sobre uno mismo no es una virtud sino una pesadilla. La vida se define a través de nuestra relación con los demás seres humanos. Un libro interesante que hace pensar y suscita la polémica.