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¿Es el Covid-19 chino?

Un año y medio pasó y el mundo entero se contaminó, se destruyó, se arruinó y sigue indefenso y patas arriba por culpa del covid y el manto de opacidad con el que el régimen chino tapa sus orígenes y quizás su responsabilidad

6 de mayo de 2021 Por: Liliane de Levy

¿Es el Covid-19 de origen chino? Donald Trump insistía que sí, pero como tenía reputación de mentiroso y racista, nadie le creía. De repente la difusión de una rigurosa encuesta realizada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) concluye que no solo es “probable” sino “muy probable”. Su director, el doctor Tedros Adhamon G. sospechado por sus lazos de amistad con China, lo había descartado. Sin embargo a lo largo del funesto desarrollo de la pandemia y sus estragos, con millones de contaminados y más de 3,5 millones de muertos en el mundo, y presionada por los Estados Unidos y sus aliados la OMS le dio luz verde a sus investigadores para obtener informaciones del origen del virus, indispensables para combatirlo.

No fue fácil. Desde la primera aparición del mortífero Covid-19 China lo negó, lo escondió y bloqueó toda encuesta al respecto. Y rechazó rotundamente la teoría de que fuera chino y causado por una fuga del virus de un laboratorio especializado en la ciudad de Wuhan. En cambio culpó su aparición y propagación con una teoría absurda y sin pruebas serias, acusando los productos congelados importados a China, en especial la carne. También acalló a los científicos chinos que habían vislumbrado el horrible peligro. Vale recordar que en Wuhan se encuentran los más sofisticados laboratorios virológicos del mundo y precisamente allá se manipulan y estudian los virus potencialmente provocadores de pandemia.

Un año y medio pasó y el mundo entero se contaminó, se destruyó, se arruinó y sigue indefenso y patas arriba por culpa del covid y el manto de opacidad con el que el régimen chino tapa sus orígenes y quizás su responsabilidad. En China de hoy en día, las autoridades se vanaglorian por haber vencido el Covid-19, nos muestran que solo en China se logró tal hazaña y que la vida retornó a la normalidad. Exhibiendo ante el mundo las bondades que representa su régimen autoritario. En otras palabras China muestra que, para gobernar, el comunismo es mejor y más eficiente que la democracia. Sumando una victoria política a su victoria sanitaria.

Sin embargo la ciencia y los científicos están por fortuna aquí para abrirnos los ojos y revelar la verdad. Los resultados de la última encuesta de la OMS difundidos hace pocos días revelan elementos perturbadores sobre las zonas oscuras de las investigaciones anteriores. Entre otras se evalúan las posibilidades de accidentes en los laboratorios de Wuhan que pudieron provocar la fuga del virus, como por ejemplo, la de un empleado del laboratorio contaminado por un animal y a su vez contaminó a gente del exterior; como desechos de laboratorio eliminados sin el debido cuidado; como un empleado que pudo haber vendido un animal contaminado del laboratorio para ganar algún dinero; y otros ejemplos más. Llegar a tan importantes consideraciones implicó penetrar la fortaleza de opacidad sobre el asunto, erigida por el gobierno represivo de Pekín. La misma OMS solo obtuvo la autorización de investigar después de meses de trabajo y cuando nombró a un comité validado por China. Y los periodistas fueron bloqueados por medio de complicados tramites para visitar el mercado “humedo” de Wuhan, punto de partida de la pandemia.

Entretanto, mientras China festeja y vive normalmente, el resto del mundo no ha salido de problemas y sigue luchando para conseguir las vacunas que en la mayoría de los casos resultaron insuficientes o encontrar la manera de enfrentar las llamadas ‘variantes’ del Covid-19 que acechan. Los analistas políticos consideran el coronavirus “La nueva bomba nuclear bacteriológica” y advierten que toca aprender a vivir bajo su amenaza. Visión pesimista que espanta.