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Cannes se ‘reubica’

Cannes, Francia. Esperé hasta el último momento para escribir esta columna ...

20 de mayo de 2016 Por: Liliane de Levy

Cannes, Francia. Esperé hasta el último momento para escribir esta columna con el propósito de hacer un breve balance del Festival de Cine más importante del mundo, desde su inauguración el pasado 11 de mayo hasta hoy; terminará el día 22. Con más de 20 películas vistas va un modesto primer juicio. Para ser franca pienso que esta 69 muestra todavía no ha entregado aquella película inspiradora e innovadora que impone su sello y tendencia sobre el cine mundial. Aunque todo comenzó bien con ‘Cafe Society’ de Woody Allen que abrió el certamen y me pareció divertidísima (mucha gente no comparte esta opinión), y una primera película en competencia -cómica y dramática a la vez- del rumano Cristian Piui titulada ‘Sieranevada’(sic). Desfilaron una serie de películas de discutible calidad, muchas incoherentes, otras con temas absurdos, varias aburridoras o demasiado largas con casi tres horas de duración. Por otra parte se notó el afán de los realizadores y los organizadores de ofrecer al público más comedias de lo habitual; respondiendo al clamor general que desde hace varios años reprocha a Cannes de ser demasiado trágico, lúgubre o alarmista y reivindica el derecho a divertirse en cine y a reír. Da la impresión que este año quienes escogen las películas escucharon las críticas y decidieron darle un giro a sus preferencias incluyendo varias comedias en la selección oficial. El resultado no fue el mejor. Quizás, de las comedias más aceptables del lote está la alemana ‘Toni Erdmann’ de la directora Maren Ade; ella nos impone sus chistes burdos con el pretexto de su buena intención de volvernos más humanos... Otra es ‘Ma Loutte’ del francés Bruno Dumont; una absurda historia de canibalismo que se salva gracias al ingenio de sus protagonistas Juliette Binoche y Fabrice Luchini. De resto, pocas alegrías y grandes decepciones. De las alegrías citaré ‘Paterson’ bañada en poesía del norteamericano Jim Jarmush -muchos la encontrarán demasiado lenta y me odiarán por recomendarla-. También ‘Aquarius’ del brasileño Kleber Mendonca Filho con la sublime Sonia Braga. Otra puede ser la israelí ‘Más allá de las colinas y la montaña’ de Eran Kolirin; una dura crítica de la sociedad de ese país y ‘The Transfiguration’ del norteamericano Michael O’Shea que nos invita a conocer a un ‘amable vampiro’. Por otro lado, las decepciones son varias. Olivier Assayas que yo esperaba con enorme interés trajo una película confusa sobre espiritismo llena de contradicciones. La rescata del tedio absoluto la joven y muy talentuosa actriz Kirsten Stewart (apodada ‘la James Dean del siglo 21’). Jeff Nichols, norteamericano, revivió en ‘Loving’ el matrimonio entre una mujer negra y un hombre blanco en 1958 en el estado de Virginia donde era prohibido. La pareja fue a la cárcel y luego al exilio hasta que un joven abogado llamado Bernard Cohen llevó el caso ante la Corte Suprema y logró que el matrimonio interracial se volviera legal en todo Estados Unidos. Un momento histórico. La falla de la película es -a mi parecer- que solo se ocupa del romance de la pareja e ignora el histórico juicio que desembocó en la asombrosa victoria de los Derechos Humanos. La tercera gran decepción -para mí- es ‘Julieta’ del español Pedro Almodóvar quien últimamente dedica sus esfuerzos a los efecto visuales por medio de colores intensos como el rojo o el azul eléctrico, y cuida menos el libreto y la historia que nos quiere contar. También me desilusionó ‘Justo el fin del mundo’ del realizador canadiense Xavier Dolan sobre el regreso de un hombre al seno de su familia después de 12 años de ausencia, para anunciarles que va morir. Debe conmover pero nos deja fríos...En este momento en Cannes el ambiente es de paciencia y esperanza. Todavía falta ver ‘El cliente’ del iraní Asghar Farhadi (La Separación), ‘Graduation’ del rumano Cristian Mingiu y ‘The Neon Demon’ de Nicholas Winding Refn... Y otras. Les contaré.