El pais
SUSCRÍBETE
Ossiel Villada

Columnistas

La hora de la siembra...

El muro de indolencia, negligencia e indiferencia que habíamos levantado en el Valle del Cauca ante el dolor de tanta gente agotada por la miseria, el hambre, el desempleo y la falta de oportunidades, tarde o temprano iba a convertirse en violencia.

26 de abril de 2024 Por: Ossiel Villada

“Siembra, si pretendes recoger; siembra, si pretendes cosechar. Pero no olvides que, de acuerdo a la semilla, así serán los frutos que recogerás...”

Unos 45 años atrás, por allá en 1978, Rubén Blades grabó con Willie Colón el que se convertiría después en el disco más vendido de toda la historia de la salsa. ‘Siembra’, canción que le dio el título a ese álbum, nunca trascendió. Quedó totalmente eclipsada por el fenómeno en que se convirtieron otros temas del mismo disco, especialmente el legendario ‘Pedro Navaja’.

Pero su letra profunda quedó consignada en la historia como punto de partida de la denominada ‘Salsa consciente’, que tiene en Blades su mayor expositor, pero no el único.

Y la he venido recordando últimamente porque siento que tal vez no haya una mejor banda sonora para pensar en Cali por estos días. Porque este domingo 28 de abril se cumplirán tres años del día que partió en dos la historia reciente de esta ciudad, trazándole un nuevo rumbo que todavía no terminamos de definir con claridad.

El 28 de abril de 2021 comenzó ese sangriento y fatídico experimento de guerra civil que nos permitimos hacer en esta región a partir de un paro nacional y al que luego llamamos, eufemísticamente, ‘estallido social’.

Tres años después, y como suele ocurrir en este país del olvido, uno encuentra que la verdad sobre lo que pasó no ha terminado de aparecer. Un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y varias ONG sostiene que, de un aproximado de 80 personas asesinadas en esos hechos en todo el país, 59 casos ocurrieron en el Valle del Cauca, es decir el 73,75%. Según cifras de Indepaz, hubo un total de 25 fallecimientos entre civiles, policías y un miembro del CTI en Cali. Un baño de sangre imperdonable.

Lo que sí está claro es que aquí, como bien dice la melodía de Blades, en el 2021 recogimos la cosecha de lo que habíamos sembrado por largo tiempo. El muro de indolencia, negligencia e indiferencia que habíamos levantado en el Valle del Cauca ante el dolor de tanta gente agotada por la miseria, el hambre, el desempleo y la falta de oportunidades, tarde o temprano iba a convertirse en violencia.

Y fue así, con una bofetada brutal de la muerte, como muchos aquí vinimos a entender lo que don Manuel Carvajal Sinisterra había advertido décadas atrás en una frase clarividente: “No puede haber una empresa sana en un medio social enfermo”.

Tres años después este país, esta región, esta ciudad, siguen intentando encontrar a tientas un camino para salir de ese círculo vicioso que nos lleva de la ilusión a la decepción y que nos hace marchar mucho, pero avanzar poco.

Las profundas heridas que dejó ese fatídico 28 de abril no han terminado de cerrarse, pero el proceso de sanación avanza. Tal vez lo más importante es que, de alguna manera, entendimos que la violencia no es el camino.

En Cali y el Valle estamos intentando sembrar una nueva semilla. Y todos tenemos la tarea, la responsabilidad, la obligación moral, de sumarnos a ello. Lo están haciendo los empresarios a través de ese impresionante ejercicio de innovación social que es Propacífico. Lo están haciendo los jóvenes de las resistencias. Lo quieren hacer el alcalde Alejandro Eder y la gobernadora Dilian Toro. Lo hace todo el que se ha dado la oportunidad de volver a confiar. Es la hora de sembrar. “Siembra, si pretendes cosechar...”

AHORA EN Columnistas

Columnistas

Oasis