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Al final de una conferencia, un periodista le pidió una entrevista a...

19 de febrero de 2015 Por: Julio César Londoño

Al final de una conferencia, un periodista le pidió una entrevista a William Ospina. Aunque nunca tiene prisa y se mueve por los cinco continentes con parsimonia episcopal, ese día el escritor respondió visiblemente apenado: «Por desgracia ando de afán. Le sugiero que lo entreviste a él. Conoce mi obra mejor que yo, y mi vida mejor que la Policía».«Él» era Fernando Duque, un viejo amigo de Ospina y quizá el primer experto en su obra, una de las más complejas de la literatura y el pensamiento latinoamericanos. Por estas razones, la aparición de «Filosofía y poesía en William Ospina» es un acontecimiento que debe ser registrado.¿Quién mejor que un erudito para analizar la obra de otro erudito? Con estudios de posgrado en filosofía y literatura, y medio siglo dedicado al estudio de las artes y las humanidades, Duque es sin duda un lector con las credenciales necesarias para meterle el diente a la obra de Ospina.Aunque vive convencido de que Ospina es el pensador colombiano más relevante después de Estanislao Zuleta, Duque no es un admirador incondicional de nadie, y con frecuencia señala sin miramientos las inconsistencias de Zuleta, Ospina o Jehová. «Yo soy un crítico de Ospina, no su publicista», aclara. Es una posición honesta que busca el equilibrio; que toma distancia de los que caricaturizan a Ospina como un refrito del «buen salvaje» y de los que solo ven virtudes en su tersa prosa.El libro que ahora nos presenta, «Poesía y Filosofía en William Ospina», es el resultado de sus lecturas de dos libros de ensayo, «Las Auroras de sangre» y «Es tarde para el hombre», y uno de poemas, «El país del viento». Su pesquisa tiene tres vías de aproximación a la obra de Ospina. En un primer momento, Duque señala la importancia de la compresión de nuestro pasado y el interés que muestra Ospina en esta tarea en su estudio de «Elegías de Varones Ilustres de Indias» de Juan de Castellanos. Nos lleva a explorar el concepto de historia en «Auroras de Sangre» a partir de temas como el papel del conquistador, las armas ideológicas de la conquista y el hombre del nuevo mundo. En este punto sobresale una mirada distinta del Descubrimiento y la Conquista, sucesos que Ospina no considera una maldición sino «males necesarios dentro de la dinámica de la historia». En el segundo capítulo, «Es tarde para el hombre», expone la posición de Ospina frente a la modernidad y la postmodernidad, y asegura que el tolimense da un gran paso al superar la polarización entre ambas y ubicarse en el justo medio. En este mismo capítulo, aborda uno de las obsesiones de Ospina: la identidad, ese patrimonio que puede ser recuperado por medio del conocimiento de nuestro pasado y la vuelta al concepto de lo sagrado. Por último viene el capítulo «País del viento», que interpreta al libro homónimo en clave poética. Es una lectura musical de poemas que el viento no ha podido borrar, como «El amor de los hijos del águila»: En la punta de la flecha ya está, invisible, el corazón del pájaro./ En la hoja del remo ya está, invisible, el agua./ En torno del hocico del venado ya tiemblan, invisibles, las ondas del estanque./ En mis labios ya están, invisible, tus labios.»Duque presentará su libro el próximo miércoles 25 de febrero en el Museo Religioso de Cali, carrera 4 # 6-56, a las 6:30 pm.